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Que es la Hipertension Arterial?

La hipertensión arterial es habitualmente una enfermedad que no produce síntomas y en la que existe una elevación anormal y sostenida de la presión dentro de las arterias.
El sistema circulatorio es un circuito cerrado en el que la presión varía constantemente. Se eleva a un punto máximo, llamado presión sistólica, cuando el corazón se contrae y bombea la sangre a través del cuerpo. Luego desciende a un nivel mínimo, llamado presión diastólica, que se alcanza justo antes de cada latido. La presión diastólica es la presión del circuito entre latidos. Además de las variaciones dentro del ciclo cardíaco, la presión arterial cambia constantemente con el nivel de actividad física, la ansiedad, el estrés, los estímulos emocionales y otros factores. Por lo tanto, una lectura individual no tiene valor significativo. La presión arterial debe tomarse en condiciones de reposo y en diferentes momentos del día.
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). La hipertensión se define normalmente como tres registros consecutivos obtenidos en reposo que muestran una presión arterial sistólica de 140 mmHg o más, o una presión arterial diastólica de 90 mmHg o más. Los cambios en el estilo de vida, como el control dietético y el incremento del ejercicio son importantes para aquellas personas que presentan una presión arterial elevada. Normalmente se recomienda el tratamiento farmacológico cuando existe una presión sistólica de 160 mmHg o más y/o una presión diastólica de 100 mmHg o más. Cuando la presión arterial está entre 140/90 mmHg y 160/100 mmHg, no suele ser necesario tomar medicamentos, siempre que los cambios en el estilo de vida surtan efecto y no haya factores de riesgo de enfermedad coronaria, tales como altos niveles de colesterol, tabaquismo, alcoholismo o infarto de miocardio. En un 20 por ciento de la población adulta de mediana edad se encuentra una presión arterial diastólica de 90-109 mmHg. Es menos frecuente en los jóvenes y más común en las personas mayores.

Síntomas

Contra lo que generalmente se supone, la hipertensión raras veces causa síntomas, hasta que se desarrollan complicaciones secundarias en las arterias, riñones, cerebro, ojos u otros órganos. Una presión arterial alta sin complicaciones puede no producir vértigo, dolor de cabeza, fatiga, hemorragias nasales o enrojecimiento de la cara.

Causas

La causa de la hipertensión es desconocida en aproximadamente 90% de los casos, por lo que se la denomina hipertensión esencial o idiopática. La hipertensión esencial es muy común y afecta a cerca del 20 por ciento de la población adulta. El estilo de vida y los factores genéticos pueden contribuir a su aparición. Es algo más frecuente en hombres. Los obesos o quienes beben alcohol en exceso son más propensos a desarrollar hipertensión. El estrés puede contribuir al trastorno. En unas pocas personas, las causas subyacentes de la hipertensión son conocidas, por ejemplo, síndrome de Cushing, enfermedad renal o, raramente, un tumor de las células productoras de adrenalina de la glándula suprarrenal. Varios medicamentos, tales como anticonceptivos orales, ciertos analgésicos, corticoides y muchos otros también pueden causar hipertensión. En las embarazadas, la preeclampsia y la eclampsia llevan a una elevación de la presión arterial potencialmente mortal. Se sabe que la elevación general de la presión arterial puede dañar las arterias y que el daño arterial puede llevar a la elevación de la presión arterial. De este modo, se crea un círculo vicioso, que conduce a la hipertensión. El daño arterial afecta a la elasticidad de las arterias, que se tornan duras y rígidas. También favorece la arterosclerosis, enfermedad que puede llevar al estrechamiento de las arterias. La afección es más común en las personas mayores porque las arterias se vuelven cada vez más rígidas con el paso del tiempo.

Prevención
  • Cambios en el estilo de vida: Tener una dieta sana, con menos sal y bajar de peso si fuera necesario. Dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente y reducir el consumo de alcohol y café.
  • Es importante comprobar regularmente la presión arterial, especialmente si existen antecedentes familiares de hipertensión. Se deberá buscar asesoramiento o iniciar un tratamiento antes que surjan las complicaciones.

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