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Altas temperaturas favorecen los cambios en la presión arterial

Mientras los más jóvenes suelen sufrir marcados descensos, en los adultos mayores la relación puede darse de manera inversa.

Para mantener el nivel dentro de las cifras ideales es recomendable realizar controles periódicos, teniendo en cuenta las características particulares de la época y de cada paciente. También es importante no interrumpir la medicación.Este año, las últimas semanas han sido intensas, en las que se registraron temperaturas máximas de entre 30 y 35 y más grados.
Ese factor, sumado a la humedad y la alta densidad poblacional, provoca que las calles poco a poco se conviertan en un infierno. Además del llamado “golpe de calor”, una afección de mayor frecuencia en las personas con sobrepeso se produce como consecuencia de la incapacidad del organismo para disipar el calor y regular la temperatura corporal y la variación de la presión arterial también es un factor a tener en cuenta.
Aunque puede haber excepciones, en general el calor excesivo se acompaña del descenso de la presión arterial, especialmente en el caso de las personas mayores que no presentan un adecuado control de la transpiración.
“Esto genera que se desencadenen cuadros de deshidratación, a menudo sin percepción de sed”, señaló en diálogo con Pro-Salud News el doctor Osvaldo Masoli, médico cardiólogo, director de Cardiología Nuclear del Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich”.

¿Cómo evitar complicaciones?

De acuerdo con los especialistas, frente a las altas temperaturas es fundamental tomar ciertos recaudos. Por un lado, es fundamental mantener la hidratación y cuidar los horarios de exposición solar, así como también los momentos en los cuales se realiza actividad física.
Con respecto a la presión arterial, quienes sufren de alteraciones deben controlar sus cifras periódicamente, pero también adaptar la medicación a las características del clima. El factor climático es importante a la hora de analizar el nivel de presión. Por esa razón, siempre se recomienda que las personas mayores adapten la medicación a la época del año que se vive.
Por ejemplo, durante la temporada estival se pueden disminuir o reemplazar los diuréticos para evitar la eliminación excesiva de líquido, que contribuye a la deshidratación. “También es recomendable realizar un seguimiento médico más exhaustivo”, detalló el Dr. Masoli, también integrante del Consejo Asesor de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
“Cualquier persona que está expuesta a altas temperaturas corre el riesgo de sufrir deshidratación y el consecuente descenso de la presión arterial.
Para evitar que eso suceda es fundamental mantener la hidratación haciendo hincapié en la reposición de líquido. Si la deshidratación con hipotensión se da en una persona sana, se genera el clásico cuadro de malestar y falta de fuerza. Ahora, si eso mismo sucede con una persona que tiene antecedentes, la situación reviste mayor gravedad.
“Es por eso que los hipertensos deben prestarle más atención a la reposición de sodio y potasio, pues no solo se puede perder líquido por la orina y la transpiración, sino también al respirar”, refirió a Pro-Salud News el doctor Jorge Tartaglione, médico cardiólogo.

–¿Qué ocurre con los más jóvenes que, por lo general, realizan muchas actividades durante el día, provocando un importante gasto energético?

–Cuando no existen antecedentes de hipertensión, y siempre y cuando la persona sea sana, no hay necesidad de hacer controles minuciosos o un seguimiento específico.
Las personas que están medicadas deben realizar una consulta con el especialista para saber si pueden modificar algo de su tratamiento. Es importante mantener los controles periódicos para estar al tanto de las cifras que uno tiene y, reponer más líquido de lo habitual.
Medidas a tener en cuenta para tomar la presión correctamente: No se tome la presión inmediatamente después de llegar a la farmacia, entrar a su casa o al consultorio médico; relájese durante unos minutos y póngase cómodo; la postura ideal es con la espalda apoyada en el respaldo de la silla o sillón, los pies en el piso y el brazo descubierto; tome siempre la presión dos o tres veces, dejando un intervalo de algunos minutos (preferentemente cinco, de no ser posible, al menos tres). Por lo general, la primera lectura suele ser mayor que la segunda o tercera.

Fuente: Pro-Salud News

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