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Los alimentos podrían afectar al nivel de azúcar en sangre de forma distinta para cada persona

Una investigación reciente parece respaldar lo que muchos han sospechado, con envidia, mientras observaban cómo ese amigo delgado comía sin parar: los mismos alimentos no necesariamente tienen el mismo efecto en todas las personas.
Un nuevo estudio israelí sugiere que las personas tienen respuestas muy distintas en el azúcar en sangre a los mismos alimentos: algunas muestran grandes aumentos incluso tras comer opciones supuestamente saludables.

Los investigadores dicen que los hallazgos, que aparecen en la edición del 19 de noviembre de la revista Cell, subrayan el mensaje de que no hay una dieta "universal".

También sugirieron que personalizar cuidadosamente las dietas según las tendencias del azúcar en sangre del individuo podría ser el futuro.

"Creo que nuestra investigación ofrece una perspectiva nueva y distinta sobre la nutrición y cómo afecta a nuestro cuerpo", dijo el Dr. Eran Elinav, científico principal del Instituto de Ciencias Weizmann, en Israel. "Cada ser humano tiene una respuesta exclusiva a cualquier alimento que consume".

Pero una dietista que revisó el estudio expresó dudas sobre la utilidad que podría tener esta información.

Por un lado, diseñar la dieta basándose en las respuestas a corto plazo del azúcar en sangre no garantiza que sea "saludable", comentó Lauri Wright, profesora asistente de salud comunitaria y familiar de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa.

"Me preocuparía por si eso satisfaría las necesidades nutricionales de una persona", dijo Wright, que también es vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics).

El nuevo estudio se enfocó mayormente en los niveles de azúcar en sangre de las personas dos horas después de consumir una comida, algo que también se conoce como la respuesta de glucosa postprandial.

La investigación ha vinculado habitualmente las respuestas de glucosa alta tras la comida con un aumento en los riesgos de obesidad, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud, dijo el coinvestigador Eran Segal, que también es científico del Instituto Weizmann.

Esa es la premisa de las llamadas dietas de índice glucémico bajo, que indican a las personas que eviten los alimentos que tienden a desencadenar un gran aumento en el azúcar en sangre. La lista de cosas a evitar incluye el pan blanco, las papas, la avena instantánea y ciertas frutas.

Pero en el estudio actual hubo varias sorpresas, según Segal.

"Observamos una amplia variabilidad (en las respuestas de azúcar en sangre) cuando ofrecimos a las personas comidas idénticas", comentó.

"Con el pan blanco, algunas personas no mostraron casi ningún cambio en la glucosa, mientras que otras mostraron una gran respuesta", dijo. "Algunos tuvieron unas respuestas más altas al pan con mantequilla que al pan solo".

Segal apuntó que eso contradice la creencia popular de que añadir grasa a los carbohidratos simples controla de forma fiable la respuesta de azúcar en sangre.

Los hallazgos se basan en 800 adultos israelíes que ofrecieron información detallada sobre sus dietas, estilos de vida y antecedentes médicos. Durante una semana, usaron una aplicación de smartphone para registrar todas sus actividades diarias, lo que incluía los alimentos que consumían, mientras unos monitores de glucosa rastreaban los cambios en el azúcar en sangre tras las comidas.

Cada participante también proveyó una muestra fecal para que los investigadores pudieran analizar su "microbioma" intestinal, que es el conjunto de bacterias que reside en el sistema digestivo. Investigaciones recientes han sugerido que la composición del microbioma podría tener un rol importante en el riesgo de obesidad y afecciones de salud, como la diabetes, de una persona.

Los participantes del estudio consumieron mayormente sus comidas normales, pero los investigadores les ofrecieron desayunos idénticos para poder comparar sus respuestas a la misma comida tras un ayuno.

En general, hubo una variación "inmensa" en las respuestas de azúcar en sangre ante alimentos particulares, dependiendo de la persona, según Segal. Por ejemplo, en el caso de una mujer los investigadores sospechan que los tomates eran un factor importante de los aumentos marcados en el azúcar en sangre.

Eso se basa en el hecho de que los tomates formaban parte de todas las comidas que provocaron que su azúcar aumentara, explicó Segal.

En un paso final, los investigadores crearon dietas individuales para 26 personas, mediante la inclusión de todos sus datos en un algoritmo que predijo qué alimentos provocarían grandes aumentos en el azúcar en sangre y cuáles no.

Para algunas personas, una "buena" dieta incluía alimentos como pizza y papas, dijeron los autores del estudio. Para otras, esos alimentos quedaron eliminados, añadieron.

Ese grupo del estudio pasó una semana con su dieta personal "buena" y una semana con la dieta "mala". En promedio, el estudio encontró que las dietas buenas reducían el azúcar en sangre después de las comidas, y alteraban la composición de sus bacterias intestinales.

Por supuesto, los efectos de una semana no tienen demasiado significado. Pero Segal apuntó que "ahora comenzamos una serie de estudios de seguimiento que buscan desentrañar los efectos a largo plazo de la dieta personalizada sobre la diabetes, la gestión del peso y la enfermedad del hígado graso no alcohólico".

Pero los niveles de azúcar en sangre tras la comida son complejos, anotó Wright. Son producto de una combinación de alimentos en una comida, además de otros factores, por ejemplo si la persona ha hecho ejercicio hace poco.

También está el tema de si el método de este estudio es factible. "No creo que sea factible en el mundo real", dijo Wright.

Segal dijo que la visión es ofrecer a las personas consejos sobre la dieta basándose en menos información, como el peso, la estatura y la edad, junto con una muestra fecal para analizar el microbioma. Según Segal, quizá sea posible averiguar qué alimentos serían buenos para el azúcar en sangre de una persona basándose en el microbioma.

Wright comentó que está completamente a favor de las dietas individualizadas, pero que las opciones se deben basar en más elementos, aparte de las respuestas del azúcar. "Hay muchas cosas más que debemos observar", dijo. "Se necesita un plan personalizado que satisfaga las necesidades personales de salud, y que aborde las barreras que se tengan para mantener los cambios saludables".

FUENTES: Eran Elinav, M.D., Ph.D., senior scientist, department of immunology, Weizmann Institute, Rehovot, Israel; Eran Segal, Ph.D., computer science and applied math, Weizmann Institute, Rehovot, Israel; Lauri Wright, Ph.D., R.D.N., assistant professor, community and family health, University of South Florida, Tampa; Nov. 19, 2015, Cell

"Asesino invisible": un gas presente en muchos hogares podría causar cáncer de pulmón

Los científicos han descubierto que el gas radón, que está presente en muchos hogares, podría causar cáncer de pulmón y varias enfermedades mortales. En algunos edificios poco ventilados, su concentración supera el nivel recomendado en 50 veces, según expertos.
El "asesino invisible" más letal y conocido es el monóxido de carbono, un gas altamente tóxico. Aunque, los científicos de Nottingham Trent University, Reino Unido, han revelado que el gas radón "es mucho más peligroso". Es un gas radiactivo, que no tiene color ni olor. Sin embargo puede acumularse en los edificios y en viviendas amenazando la salud mediante diversas enfermedades mortales, y en particular, con el cáncer.

Según los científicos, cada año en el Reino Unido por el cáncer de pulmón producido por el radón-222, mueren aproximadamente unas 1.100 personas, informa 'Daily Mail'. Dicha cifra es considerablemente más alta que la de los muertos por cáncer de pulmón producido por el asbesto (amianto), ampliamente utilizado en la construcción.

Una vez liberado, el radón podría penetrar en el aire que respiramos. Así, según las recomendaciones dadas por la organización del cáncer de EE.UU., para reducir el nivel del radón, es necesario: sellar las grietas en el suelo y paredes de los apartamentos y ventilar las habitaciones. Además, es recomendable utilizar ciertos materiales de construcción resistentes a este tipo de gas.

El 90% de la población mundial no sabe pensar, según especialista

El doctor estadounidense Robert Swartz del National Center For Teaching Thinking" sugiere que entre un 90 y un 95% de la población mundial no sabe pensar adecuadamente, debido a que en las escuelas enseñan a memorizar, pero no a razonar y resolver un problema haciendo uso de la creatividad.
Según el experto en pedagogía, la sociedad no sabe usar su mente por culpa, principalmente, de la escuela del siglo XXI que, aunque es distinta a la de siglos anteriores, no ha cambiado la forma de educar a los más jóvenes. "Poca gente ha aprendido a pensar de forma más amplia y creativa. El progreso de la humanidad depende de este pensamiento", explica.

Concretamente, Swartz cree que actualmente existen múltiples formas para implementar el pensamiento y que ayudan a la población a "mejorar su forma de pensar". Según él, la clave está en enseñar a las nuevas generaciones a "pensar de forma crítica".

Como solución propone fomentar la comunicación desde la infancia, pues más de un 99% de los problemas del ser humano tienen un origen lingüístico. Por otro lado, considera que los colegios deben crear "sujetos activos" a la hora de aprender, y no pasivos. Es decir, capaces de pensar de manera crítica y no limitándose a recibir información.

Finalmente, el experto considera que es necesario fomentar la empatía en los más pequeños para que aprendan a valorar la opinión del otro, el trabajo en equipo y que sepan amoldarse a la mayoría.

Swartz dijo esto en mayo del 2014, antes de asistir al International Conference On Thinking (ICOT) 2014, el mayor congreso nacional sobre inteligencia.

Fuente: RPP

Alertan sobre medicinas contra la obesidad

Estudio reveló que cada vez más personas en EE.UU. ingieren más fármacos para tratar padecimientos prevenibles como la hipertensión y la diabetes.
Los estadounidenses ingieren más medicinas que nunca antes para tratar males prevenibles como la diabetes y la hipertensión.

“Es particularmente notable en los adultos de 65 años y mayores”, apuntó la doctora Elizabeth Cantor de Sloan-Ketterin Memorial Cancer Center.

Pero el estudio también involucra adultos mucho más jóvenes, comenzando a la edad de 20 años, con similares resultados.

"Vemos un marcado incremento en drogas para combatir la obesidad, hipertensión, diabetes, colesterol y la depresión", dijo Cantor.

Uno de los fármacos más comunes son las estatinas, que reducen el riesgo de apoplejía, infarto y otras complicaciones, en pacientes con diabetes y enfermedades cardiovasculares.

El estudio encontró que casi el ocho por ciento de todos los adultos ingiere este tipo de medicina.

“Estas drogas están entre las más utilizadas entre 2011 y 2012, para condiciones como la obesidad y las enfermedades del corazón”, afirmó la doctora Cantor.

El equipo encontró además que el número de personas que toman múltiples medicamentos se duplicó en 10 años.

El estudio fue conducido por investigadores en la Escuela de salud Pública de la Universidad de Harvard y se publicó en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense.

Cuando los antibióticos son necesarios

El uso excesivo de antibióticos es una de las causas principales de resistencia a los antibióticos, que es una amenaza importante para la salud pública en Estados Unidos.
En un esfuerzo por luchar contra el problema, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. y otros socios patrocinan la octava semana informativa sobre los antibióticos ("Get Smart About Antibiotics Week") anual, del 16 al 22 de noviembre.

"Todo uso de antibióticos lleva finalmente a que las bacterias se vuelvan resistentes, de modo que esos antibióticos dejan de funcionar. Y el uso excesivo (el uso innecesario para los virus y los resfriados) lleva a la resistencia de forma mucho más rápida", advirtió el Dr. Saul Hymes, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en el Hospital Pediátrico de Stony Brook, en Stony Brook, Nueva York.

Las personas deben comprender que los antibióticos curan las infecciones bacterianas, no las virales como los resfriados o la gripe, afirmó en un comunicado de prensa del hospital.

En la mayoría de los casos, los síntomas de las infecciones respiratorias superiores (lo que incluye los dolores de garganta, las infecciones del oído y los senos nasales, los resfriados y la bronquitis) pueden aliviarse descansando mucho, bebiendo el líquido suficiente, evitando el tabaco y el humo de tabaco, y tomando acetaminofén o ibuprofeno para aliviar el dolor o la fiebre.

Alivie un dolor de garganta con trocitos de hielo, paletas heladas, pastillas (solamente para los niños mayores y los adultos), bebidas tibias, o haciendo gárgaras con agua con sal, recomendó Hymes.

Una compresa caliente en la nariz y la frente puede ayudar a aliviar la presión en sus senos nasales. Para los niños mayores, adolescentes y adultos, hay otras opciones como un descongestionante o un aerosol nasal salino, o respirar el vapor de la ducha o de una taza de agua caliente.

Los medicamentos de venta sin receta pueden ser útiles. Consulte con su médico o farmaceuta sobre su uso.

Si su médico le receta antibióticos, es importante tomar todas las dosis. Nunca comparta los antibióticos con nadie, nunca los use sin una receta y nunca se quede con antibióticos "para la próxima vez", dijo Hymes.

Puede reducir las probabilidades de que su familia necesite los antibióticos si toma medidas preventivas, como, por ejemplo, recibiendo las vacunas recomendadas, manteniendo una buena higiene en las manos y cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar, añadió.

FUENTE: Stony Brook Children's Hospital, news release, Nov. 16, 2015

La gente que bebe café podría vivir más

Un estudio vinculó el café regular y el descafeinado con beneficios en la supervivencia
Los amantes del café podrían vivir más tiempo que los que no lo beben, ya que presentan unos riesgos más bajos de muerte por enfermedad cardiaca y afecciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson, encuentra un gran estudio de EE. UU.

Los investigadores dijeron que el estudio, que aparece en la edición en línea del 16 de noviembre de la revista Circulation, se añade a las numerosas evidencias sobre el lado positivo del café.

Con frecuencia las personas creen que beber café es un hábito malo que deben abandonar, dijo el líder del estudio, el Dr. Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston.

Pero, dijo Hu, muchos estudios han vinculado la ingesta moderada de café con unos riesgos más bajos de contraer varias enfermedades: enfermedades cardiacas y la diabetes, el cáncer de hígado, y enfermedades neurológicas como el Parkinson, esclerosis múltiple y Alzheimer.

El estudio de su equipo, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU., añade una evidencia más. Encontró que las personas que beben café no solo son menos propensas a contraer ciertas enfermedades, sino que también tienden a vivir más tiempo.

Durante 30 años, los no fumadores que bebían de tres a cinco tazas de café al día tenían un 15 por ciento menos probabilidades de morir por cualquier motivo, en comparación con los que no bebían café. Específicamente, tenían unas tasas más bajas de muerte por enfermedades cardiacas, accidente cerebrovascular, afecciones neurológicas y suicidio.

Tanto el café regular como el descafeinado se vincularon con una mayor supervivencia, encontró el estudio.

Nada de eso prueba que el café en sí alargue la vida de las personas ni proteja directamente de ciertas enfermedades, comentó Hu. Otros factores podrían explicar la conexión.

Pero Hu añadió que su equipo tomó en cuenta muchos de esos factores. Y el beneficio del café se sostuvo.

Los hallazgos se basan en más de 200,000 médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios de EE. UU. que fueron encuestados varias veces en un periodo de casi tres décadas. En ese periodo, murieron casi 32,000 de los participantes del estudio.

Se encontró que las personas que bebían entre una y cinco tazas de café al inicio tuvieron menos probabilidades de morir durante el periodo del estudio cuando se tomaron en cuenta otros hábitos de estilo de vida y ciertos problemas de salud, como la hipertensión y la diabetes.

La relación se hizo más fuerte cuando los investigadores solo observaron a los no fumadores: los que bebían de tres a cinco tazas de café al día tenían un 15 por ciento menos de probabilidades de morir durante el periodo del estudio, en comparación con los adultos que no bebían café. Se observaron riesgos más bajos incluso entre los que más café bebían (más de cinco tazas al día), que tenían un riesgo de morir un 12 por ciento más bajo que los que no bebían café.

"Las evidencias sugieren que el café puede incluirse en un estilo de vida saludable", aseguró Hu.

Hu anotó que la evidencia ya se ha incorporado en las más recientes directrices dietéticas de EE. UU., que señalan que una dieta saludable puede incluir hasta de tres a cinco tazas de café al día.

Pero el estilo de vida general es clave, enfatizó Hu. Es decir, hay una diferencia entre alguien que duerme poco y usa café para funcionar durante el día y una persona que duerme bien, hace ejercicio, y come una dieta equilibrada que incluye algo de café.

Alice Lichtenstein, vocera de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), se mostró de acuerdo.

"Esto no significa que se deba comenzar a beber café con la esperanza de obtener beneficios de salud", dijo Lichtenstein, que también es profesora de ciencias y políticas de la nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston.

Pero, añadió, los nuevos hallazgos se suman a años de evidencias de que el café no es tan malo como muchos creen. "Persiste la idea de que el café debe ser malo para uno porque es agradable", dijo Lichtenstein. "Es casi como si intentáramos encontrar algo malo en el café".

Pero hay limitaciones. "Hay que tener cuidado con lo que le echa al café", apuntó Lichtenstein. Un poco de leche está bien, dijo, pero tenga cuidado con el azúcar y la crema.

¿Y por qué estaría el café relacionado con unos beneficios de salud? No está claro a partir de este estudio, dijo Hu, pero otras investigaciones han sugerido que los compuestos del café pueden reducir la inflamación, actuar como antioxidantes y mejorar la regulación del azúcar en sangre, entre otras cosas.

Además, cuando se trata de afecciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson, Hu señaló que hay evidencias de que la cafeína ofrece beneficios.

FUENTES: Frank Hu, M.D., Ph.D., professor, nutrition and epidemiology, Harvard School of Public Health, Boston; Alice Lichtenstein, D.Sc., professor, nutrition science and policy, Tufts University, Boston; Nov. 16, 2015, Circulation, online