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¿Son buenos los suplementos nutricionales para la salud?

Hay miles en el mercado, pero relativamente pocas situaciones en las que se haya demostrado que son beneficiosos.


En los últimos 30 años, la industria estadounidense de los suplementos alimenticios ha tenido un gran auge y, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), aumentó de 4000 productos en 1994 a más de 95.000 que hay en el mercado actualmente. Estas cápsulas, polvos, gomitas e infusiones casi siempre tienen rótulos —aunque ambiguos— del tipo “ayuda al sistema inmunitario” o “mejora la función cerebral”.

Pero no se han hecho pruebas rigurosas ni de seguridad ni de eficacia en la mayoría de los suplementos, señaló JoAnn Manson, profesora de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

Además, añadió Manson, es común que cuando los investigadores les hacen pruebas no obtengan los beneficios para la salud que se esperaban, y en ocasiones incluso hallaron algunos riesgos.

Sin embargo, afirmó la profesora, hay casos en los que tomar algún suplemento puede mejorar nuestra salud. Estos son algunos de los más importantes.

Para tratar o prevenir la deficiencia de algún nutriente

Si un análisis de sangre revela que a nuestro cuerpo le falta alguna vitamina o mineral en particular, como vitamina D o hierro, los suplementos pueden ser “indispensables” para corregir esa deficiencia, comentó Pieter Cohen, médico internista de Cambridge Health Alliance, en Somerville, Massachusetts.

Las personas que llevan una dieta vegana o padecen la enfermedad llamada anemia perniciosa tienen un alto riesgo de tener deficiencia de vitamina B12 y quizás les beneficie tomar un suplemento. Asimismo, de acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría, los bebés que se alimentan con leche materna deben recibir suplementos de vitamina D y hierro.

Según Cohen, si tenemos dificultades para absorber los nutrientes de los alimentos, cosa que puede ocurrir después de algún procedimiento bariátrico, o si padecemos algún trastorno como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa puede ser aconsejable consumir algún suplemento.

Si estás embarazada o podrías estarlo

Si es probable que quedes embarazada, y durante los primeros meses del embarazo, es importante tomar de 400 a 800 microgramos de ácido fólico al día para prevenir defectos de nacimiento mayores, comentó John Wong, profesor de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad Tufts.

La mayor parte de los multivitamínicos prenatales, los cuales deben tomarse durante el embarazo, contienen esta cantidad, y además ofrecen otros nutrientes indispensables como hierro, calcio y vitamina D.

Si eres una persona de mediana edad o adulto mayor

Casi todos los adultos mayores se nutren lo suficientemente bien con sus alimentos, pero a medida que envejecemos, aumentan los requerimientos de algunos nutrientes al mismo tiempo que quizás disminuya nuestro apetito y nuestra capacidad para absorberlos, así que es probable que el médico recomiende algún suplemento. Es posible que los adultos mayores tengan problemas para absorber la vitamina B12, por ejemplo, y quizás necesitemos un suplemento de calcio y vitamina D si estamos en riesgo de perder densidad ósea, dijo Manson.

Según las investigaciones, hay indicios de que algunos otros suplementos pueden ayudar a prevenir ciertos problemas de salud. En un estudio de 2019 en adultos de 50 años o más, Manson y sus colegas descubrieron que entre los participantes que pocas veces o nunca comían pescados grasos, quienes consumieron un suplemento de ácidos grasos ricos en omega 3 tuvieron menos episodios cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares, que quienes tomaron un placebo. Quienes tomaron vitamina D también tuvieron menos probabilidades de desarrollar enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide y psoriasis.

Manson explicó que varias pruebas recientes también revelaron que los multivitamínicos pueden mejorar la memoria y ralentizar el deterioro cognitivo en adultos mayores, aunque aún se tiene que hacer más investigación.

También hay evidencia de que tomar un suplemento que contenga vitamina C y E, zinc, cobre, luteína y zeaxantina (llamado suplemento AREDS, por su sigla en inglés) puede frenar la pérdida de visión en las personas que sufren una degeneración de la mácula relacionada con la edad, comentó Manson.

En todos los demás casos, hay que tener cuidado

El solo hecho de que algún suplemento contenga un nutriente o algún otro compuesto natural no quiere decir que sea seguro, sobre todo si contiene cantidades mucho mayores de las que encontraríamos en los alimentos, advirtió Manson. Y en algunos casos, incluso pueden ser perjudiciales.

Por ejemplo, en la década de 1990, los investigadores esperaban que los suplementos con antioxidantes como el betacaroteno y la vitamina E previnieran el cáncer o las enfermedades cardiacas. Pero cuando se probaron en ensayos grandes, descubrieron que el betacaroteno aumentaba el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en algunas personas, señaló Wong, y que la vitamina E aumentaba los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos en los varones, añadió Manson.

Se sabe poco acerca de los riesgos, beneficios o las dosis adecuadas de muchos suplementos, comentó Mahtab Jafari, profesora de Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de California, campus Irvine.

Además, lo que dice en el empaque tal vez también sea diferente de lo que hay dentro del producto, señaló Cohen. Por ejemplo, se ha descubierto que muchos suplementos que se usan en los deportes y para bajar de peso están adulterados con sustancias químicas o medicamentos ocultos.

Al comprar suplementos en Estados Unidos, hay que buscar el sello de certificación de alguna organización confiable, como la Farmacopea de Estados Unidos (U.S. Pharmacopeia) o la NSF, las cuales verifican que los productos contienen los ingredientes que dice en la etiqueta.

Debido a que los suplementos pueden interactuar con ciertos fármacos, siempre hay que consultar al médico antes de tomar alguno, explicó Jafari. Por ejemplo, la vitamina K puede interactuar con los medicamentos para diluir la sangre, y la hierba de San Juan puede interferir con los antidepresivos y los anticonceptivos.

Finalmente, de acuerdo con Manson, no debemos esperar que los suplementos sustituyan a una buena alimentación y a la actividad física.

“No existe ninguna píldora mágica que garantice una buena salud”, dijo.

Fuente: New York time

Medicamentos con alto contenido en sodio que pueden afectar la salud cardiovascular

Existen medicamentos compuestos de sodio que aumentan la presión arterial y pueden afectar a la salud cardiovascular. De acuerdo con los resultados obtenidos se puede decir que el aporte de sodio a partir de los medicamentos en la población hipertensa puede afectar a la PA y generar una intensificación de la farmacoterapia antihipertensiva, comportando una cascada terapéutica y un riesgo de aumento de efectos adversos no deseables.


La OMS recomienda consumir no más de 2,000 miligramos de sodio al día; sin embargo, esta es una cantidad que la población suele superar constantemente, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Gran parte de la ingesta de sodio es atribuida a los alimentos que forman parte de nuestra dieta, pues este es un mineral que se encuentra presente en casi todos los alimentos, especialmente en los encurtidos, enlatados, la salsa soya, el queso y los condimentos.

A pesar de esto, un reciente estudio realizado por expertos de las universidades de Dundee y Londres (Reino Unido) y publicado en la revista British Medical Journal, reveló que el uso de ciertos medicamentos también influye en la ingesta total de sodio y, por ende, no pueden ser consumidos por personas hipertensas, según La Razón.

Medicamentos prohibidos para hipertensos por su contenido de sodio

De acuerdo con El Mundo, los autores del estudio indicaron que el consumo medio de sodio proveniente únicamente de los fármacos fue de 106,8 nmol/día, una cantidad mayor a la recomendada para la ingesta a través de la dieta, que es de 104 nmol/día.

También se identificó que los medicamentos prohibidos para hipertensos, debido a su alto contenido de sodio, incluyen las tabletas efervescentes de calcio y zinc y de AINES como el diclofenac, ibuprofeno, Aspirina, el paracetamol solubles y la metoclopramida.

La ingesta de estos medicamentos proporciona cantidades elevadas de sodio que, sumadas a las obtenidas con la alimentación diaria, aumentan en un 28% el riesgo de sufrir hipertensión y otros problemas cerebrovasculares.

Además, las personas que tomaban estos medicamentos “tenían un 16% más de riesgo de sufrir un ataque al corazón, un infarto cerebral o una muerte por accidente cardiovascular”, según SINC.

Por supuesto, los autores indican que aún falta investigar mucho más sobre la relación del sodio de los fármacos con este tipo de condiciones de salud, pero que hasta ahora estos han sido unos resultados bastante significativos.