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Vigilar hipertensión y comer menos sal salvaría millones de vidas


Los expertos no se cansan de repetir que las enfermedades coronarias y el infarto son la causa principal de muerte en el mundo, y que cada dos segundos un habitante del planeta fallece por este motivo.

Vigilar la tensión arterial y reducir la ingesta diaria de sal son dos de las medidas más simples que pueden ayudar a reducir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, que causan cada año cerca de 18 millones de fallecimientos en el mundo.
Este es el principal mensaje que la Federación Mundial del Corazón lanza este año con ocasión del Día Mundial del Corazón, que se celebrará el 28 de septiembre con el lema "¡Conozca su riesgo!".
Los expertos no se cansan de repetir que las enfermedades coronarias y el infarto son la causa principal de muerte en el mundo, y que cada dos segundos un habitante del planeta fallece por este motivo.
"La hipertensión o tensión alta es el mayor factor de riesgo de estas enfermedades, y por ello hay que controlarla. Lo que decimos es 've a tu centro de salud o a tu médico de cabecera y mídete la tensión" , dijo el doctor Erik Meijboom, cardiólogo y miembro de la Federación Mundial del Corazón y presidente del comité médico del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre muerte súbita en los atletas.
Uno de los problemas es que la hipertensión no tiene síntomas visibles y por ello el único modo de saber si se padece es consultar al especialista.
Más de mil millones de personas en el mundo sufren hipertensión actualmente, y se calcula que para el año 2025 más de mil 500 millones, o cerca de uno de cada tres adultos mayores de 25 años, padecerán hipertensión.
"Y prevenir la hipertensión es relativamente fácil: cambia de vida, cambia de dieta. Uno de los factores que aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión es el consumo excesivo de sal" , afirma el especialista.
Los expertos aseguran que reducir en 3 gramos la ingesta diaria de sal de una persona puede hacer descender más de un 20% las muertes por infarto y un 15% las muertes por enfermedades coronarias.
Evitar los alimentos con alto contenido de sal, no añadir sal a la comida y ser consciente de la sal que contienen los alimentos preparados podría reducir el consumo de sal en esos tres gramos diarios.
Pero existen otros factores de riesgo, como son los niveles altos de glucosa y colesterol, el consumo de tabaco, el sobrepeso, la obesidad y la inactividad física.
Por ello, y para promover el conocimiento del riesgo que cada uno corre, la Federación Mundial del Corazón organiza chequeos gratuitos en más de 100 países.
Y como ejemplo y anticipo de la jornada mundial, un "Autobús de Salud" aparcado durante cuatro días en el recinto del Palacio de Naciones de la ONU ha efectuado simples pruebas de 15 minutos a los empleados del organismo que lo desearan.
La prueba, cuyos resultados se conocen inmediatamente, consiste en medir la tensión arterial, los niveles de colesterol y glucosa en la sangre, calcular el índice de masa corporal en base al peso y la estatura y medir la cintura y la cadera de la persona.
"Hemos atendido a unas 200 personas en cuatro días y hemos tenido que rechazar a otras tantas por falta de tiempo" , señaló un miembro del personal del Autobús de Salud, organizado por el Hospital Universitario de Ginebra.
El Hospital Universitario presta el camión durante algunos días a las empresas que lo solicitan para hacer las pruebas a sus empleados, como parte de la campaña de prevención.
El doctor Meijdoom insiste en que "todo el mundo" debe someterse a estos controles, pero advierte que "específicamente las mujeres" pues existe la creencia de que las enfermedades coronarias y el infarto afectan menos al sexo femenino.
Esto es cierto para las mujeres en edadpre menopaúsica, pero después de la menopausia, el riesgo de una mujer de contraer una enfermedad coronaria es similar al del hombre, advierte el experto.
Y en cuanto al riesgo de infarto, agregan los especialistas, no hay diferencias entre los dos sexos.

Las papas fritas tendrían una sustancia cancerígena

Hasta la fecha, se conocía que la glicidamida era obtenida por el cuerpo al metabolizar el hígado la acrilamida, que es, a su vez, otra sustancia química que se encuentra en las papas fritas y otros productos que han sido fritos a altas temperaturas.

Sospecha confirmada

Pero dicho estudio alemán han confirmado algo que se sospechaba desde hace tiempo: que la glicidamida también se genera en la preparación de fritos a altas temperaturas. Al igual que la acrilamida, esta sustancia supuestamente cancerígena se produce a partir de que el aceite supera los 120 grados centígrados, aunque las concentraciones realmente peligrosas se cree que empiezan a partir de los 180 grados.

La consigna es dorar, y no carbonizar

Los científicos -que analizaron diez tipos de papas fritas de bolsa o "chips", tres tipos de papas listas para freír y papas fritas al estilo casero- hallaron glicidamida en concentraciones entre los 0,3 y los 1,5 microgramos por kilogramo, mientras que las de acrilamida era de 300 a 600 microgramos por kilo. A pesar de la diferencia de las cantidades, los científicos han evaluado que la presencia de la glicidamida es significativamente más peligrosa para la salud humana que la de la acrilamida. Incluso otro estudio realizado por científicos de la Universidad de Kariserslautern reveló que hasta los niveles más nimios de glicidamida han generado mutaciones a nivel celular en animales.

Un consejo de los expertos

Los expertos recomiendan, al igual que en el caso de la acrilamida, cocinar con temperaturas más moderadas, siguiendo la consigna de "dorar y no carbonizar", con tiempos de fritura cortos y no superiores a los 175 grados.

La importancia de respetar las sagradas “tres comidas al día”

El cerebro requiere de glucosa para funcionar adecuadamente, si una persona se salta el desayuno y la noche anterior consumió una cena ligera, su cuerpo pasará muchas horas, cerca de doce, sin recibir su dosis de alimento.

La nutricionista Milagros Agurto, explicó que esto produce una carencia de nutrientes necesarios para el normal funcionamiento del organismo. Asimismo advirtió que si una persona no se alimenta en el horario adecuado, puede que su cuerpo utilice sus reservas destinadas para momentos de esfuerzo físico.
Señaló además que si la persona no se alimenta a las horas adecuadas y su trabajo consiste en dirigirse al público o hablar constantemente puede tragar aire y acumular gases en los intestinos.
Recordó que si antes se decía que 110 de glucosa en la sangre era “deseable”, ahora el límite es de 100, sobre todo si se tiene antecedentes genéticos o si la persona es obesa. En estos casos es necesario realizarse el examen de tolerancia oral de glucosa.
“Lo primero que necesita el cuerpo para vivir es glucosa”, señaló la conductora de Salud en RPP. Explicó que la proteína ingerida por el cuerpo en la leche, huevos y carnes, se convierten en azúcar (glucosa).
Por su parte, el doctor Juan Carlos Benítez precisó que si una persona consume su medicación para contrarrestar la diabetes antes de su alimentación podría sufrir de hipoglicemia.
Afirmó que el organismo está diseñado para recibir tres alimentos al día. Hay personas que tienen la mala costumbre de “picar” sin indicación médica antes del almuerzo, es decir, cambia los horarios de su alimentación.
“Ahí viene un círculo vicioso. El cerebro sufre porque requiere glucosa para que la persona esté en buen estado y con buen ánimo”, dijo. Además el estómago y las encimas esperan que les llegue el alimento para funcionar como producto del proceso de digestión.
El intestino se va cargando de un Ph que no es el adecuado para la mucosa del intestino y del estómago, esto debido al ayuno prolongado.
Recalcó que tampoco es válido dejar de tomar desayuno y almorzar doble pues las calorías se acumulan en el cuerpo, y no tienen una adecuada distribución.