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El estilo de vida, una clave para envejecer con calidad

Cada día que pasa gana protagonismo la gerontología cultural, una disciplina que apuesta por cambios sociales para un envejecimiento con calidad.
En Lleida (España) se han reunido recientemente 150 expertos de todo el mundo en el primer simposio celebrado en el sur de Europa sobre esta materia, muy estudiada en los países nórdicos. Durante esas jornadas se defendió que la sociedad, en contra de las teorías que relacionan gente mayor con gasto, puede sacar un beneficio económico al progresivo aumento de la esperanza de vida. La longevidad creciente suele plantearse como una mala noticia.
Y eso es un error, asegura Tom Kirkwood, director del Instituto para el Envejecimiento y la Salud de la Universidad de Newcastle. Kirkwood fue uno de los ponentes del simposio sobre gerontología cultural y tiene un discurso que rompe esquemas.
Hace más de 30 años que investiga y trabaja en temas relacionados con el envejecimiento y asegura que la sociedad aún no se ha dado cuenta de que el aumento de la esperanza de vida es rentable. Y puso como ejemplo un estudio realizado en Chicago, entre los años 1970 y 2000. Este médico habla de billones de dólares.
'Cómo se gana ese dinero?
"Buena parte de ese beneficio se obtiene de trabajos no remunerados, pero que si no los hiciese ese colectivo tendrían que pagarse", dice Tom Kirkwood. "Llevar a los nietos a la escuela y ayudar en otras tareas familiares o participar en programas de voluntariado son sólo algunos de los trabajos que aportan beneficios a la sociedad", añade este médico. Y si la esperanza de vida aumenta con calidad, esas tareas -para las que habría que contratar personal- se prolongan en el tiempo.
"El cuerpo no está preparado para morir, sino para sobrevivir", asegura. "Lo que ocurre con un organismo -añade- es lo mismo que pasa con lo dibujado o escrito en una hoja que fotocopiamos una y otra vez." Cada vez cuesta más ver las letras o la ilustración.
El secreto está en saber envejecer. Este experto en gerontología cultural admite que seguir unos hábitos saludables ayuda a sumar años con calidad, pero recalca que hay otros factores -además de la dieta o el ejercicio- que tienen un papel importante en prolongar la esperanza de vida.
El profesor de la Universitat de Lleida Brian Worsfold indica que los factores biomédicos "aunque tienen mucha importancia, sólo sumarían el 20% del total de las causas que influyen en un envejecimiento con más o menos calidad".
El resto afecta a otros factores, la mayoría relacionados con el entorno o modos de vida. Vivir en un barrio donde hay poca actividad u ofertas de ocio, un trabajo en condiciones precarias o la falta de programas sociales son algunas de esas circunstancias que a la larga pasan factura.
La prueba está en estudios como el hecho en Glasgow. La esperanza de vida es 28 años mayor entre barrios que sólo están separados por 13 kilómetros.
Lo habitual es comparar la esperanza de vida entre países pobres y ricos. Con esta vara de medir la Organización Mundial de la Salud ha constatado, por ejemplo, que una mujer de Japón vive una media de 42 años más que una de Lesoto.
Pero estudios hechos en una misma ciudad han constatado que el estatus socioeconómico o la cultura resultan, también, determinantes en esas diferencias en esperanza de vida entre grupos separados por muy pocos kilómetros.

El cerebro comienza a envejecer a los 40 años

Cuando disminuimos de ritmo a medida que envejecemos podríamos culpar a las articulaciones adoloridas. Pero esa disminución también tiene que ver con el cerebro: la parte a cargo de la movilidad puede empezar una reducción gradual a los 40 años.
La velocidad con que podemos arrojar una pelota, correr o girar el volante del automóvil depende de la rapidez con que las células envían la orden a los músculos . Y a su vez, esta velocidad depende de un buen aislamiento de las conexiones cerebrales.
Una nueva investigación sugiere que a una edad mediana, incluso las personas saludables empiezan a perder parte de ese aislamiento en un sector del cerebro que controla el movimiento, a la vez que su velocidad disminuye ligeramente.
Eso contribuye a explicar por qué "es difícil ser un atleta de nivel mundial después de los 40 años", concluyó el doctor George Bartzokis, neurólogo en la Universidad de California en Los Angeles, que condujo el estudio.
Y aunque pueda parecer deprimente, no es para desanimarse. La investigación indica un motivo más para mantenerse activo física y mentalmente: un cerebro ejercitado puede detectar más rápidamente el deterioro en el aislamiento y ordenar su reparación a las células correspondientes. Para Bartzokis, el cerebro es como internet.
Los movimientos veloces dependen de la longitud de banda, que en el cerebro es la mielina, una especie de vaina grasosa de las fibras nerviosas.
Una mielina saludable -un sólido aislamiento grueso ajustado firmemente a dichas fibras- permite la rápida conducción de las señales eléctricas con las que el cerebro envía sus órdenes. Las descargas eléctricas de alta frecuencia aceleran los movimientos.
Pero mientras la mielina se va produciendo durante la adolescencia, ¿cuándo se torna tan lenta su producción que no basta para reparar el aislamiento deteriorado?
Eso se propuso comprender el nuevo estudio.
Bartzokis reclutó a 72 varones saludables, de 23 a 80 años, para someterlos a una prueba sencilla: ver con qué velocidad podían golpetear con el dedo índice.
Todos pueden hacerlo, ya que no depende de la fuerza ni del estado físico.
Los investigadores contaron la cantidad de golpecillos que daban los sujetos en 10 segundos y registraban los dos intentos a mayor velocidad sobre un total de diez.
Después se les escaneaba el cerebro para detectar la mielina deteriorada en la región que ordena a un dedo efectuar aquel movimiento.
Significativamente, la velocidad de golpeteo y la salud de la mielina alcanzaban su mayor nivel a los 39 años.
A partir de allí, ambos factores declinaban gradualmente con el avance de la edad , informaron los investigadores el mes pasado en la revista Neurobiology of Aging . Pero eso no significa que el resto del cerebro se vea igualmente afectado.

La música armoniza con un corazón sano

Ponga algo de Bach, los Beatles o Beyoncé, y siéntese a relajarse sabiendo que sus vasos sanguíneos se están abriendo a toda su anchura, permitiendo que la sangre fluya libremente.

Un estudio reciente sugiere que nada podría ser más sano para su corazón.

"Escuchar música que le hace sentirse bien podría también ser una buena medida de prevención para la salud cardiaca", afirmó el Dr. Michael Miller, autor del estudio y director del Centro de cardiología preventiva del Centro médico de la Universidad de Maryland, en Baltimore. "No tiene ninguna desventaja. Es una manera sencilla y económica, y podría dar dividendos en cuanto a la salud cardiaca".

El Dr. Carl Lavie, director médico de rehabilitación cardiaca y director de prevención del Laboratorio de pruebas de estrés del Instituto cardiaco y vascular Ochsner en Nueva Orleáns, añadió que "aunque este es tan solo un estudio agudo [a corto plazo], sugiere que la risa y escuchar música relajante podrían ofrecer protección cardiaca o ser saludables para el corazón. Creo que los autores están en lo correcto con esta teoría. Pero lo importante de saber es si hacer esta u otra actividad similar regularmente tendría beneficios a largo plazo sobre el sistema cardiovascular,

Miller, que presentó los hallazgos el martes en las reuniones científicas anuales de la American Heart Association en Nueva Orleáns, dijo que mucha gente percibe la salud cardiaca en términos de factores de riesgo negativos que hay que combatir. "No hay muchos factores de riesgo positivos", anotó.

Estudios previos habían encontrado que la música podía afectar el ritmo cardiaco y la presión arterial. También se ha mostrado que la oración puede mejorar el rendimiento cardiaco. Y el grupo de Miller encontró anteriormente que la risa mejoraba la salud vascular.

Para el nuevo estudio, diez voluntarios sanos y no fumadores (el 70 por ciento hombres de edad promedio de 36) seleccionaron música que los hacía sentir bien y otra música que los hacía sentirse ansiosos. Las selecciones diferían según la persona. A los participantes también se les pidió que vieran videos humorísticos y escucharan cintas de relajación.

Los investigadores midieron el flujo de la arteria braquial, en el antebrazo, utilizando un brazalete de presión arterial, antes y después de cada "estímulo".

"En el minuto tras liberar [el manguito de goma] se ve cómo reacciona el revestimiento interno del vaso sanguíneo, la respuesta endotelial", señaló Miller. "Las personas que tienen factores de riesgo de enfermedad cardiaca, como fumar e hipertensión, no dilatan normalmente. Creemos que esto significa que su sistema circulatorio no está sano".

Entre los participantes del estudio, el flujo de la arteria braquial aumentó en 26 por ciento durante la fase de música alegre y disminuyó seis por ciento tras escuchar la música que producía ansiedad.

El flujo sanguíneo también aumentó en 19 por ciento durante la fase de risa (con el video) y once por ciento durante la relajación.

El aumento en la dilatación observado tras escuchar música alegre fue "casi el mismo nivel que vemos tras la actividad aeróbica. También es similar a lo que vemos tras tomar una estatina", afirmó Miller. "El efecto dura alrededor de una hora".

El efecto positivo podría provenir de la liberación de endorfinas, especuló Miller, refiriéndose a las sustancias químicas del organismo que bloquean el dolor y alivian la ansiedad y la depresión.

"Claramente, el papel de los factores de riesgo psicológicos, y sobre todo del estrés psicológico, se ha descuidado en la cardiología preventiva", señaló Lavie. "Está claro que el estrés emocional extremo (el ejemplo clásico es hablar en público, sobre todo para los novicios) tiene el efecto exactamente opuesto que lo que Miller mostró con la risa y la música relajante. El estrés laboral agudo y crónico también tiene efectos nocivos que podrían ser contrarrestados por la risa o la música relajante".

Infarto: sólo muere el 2% de los que se atienden a tiempo

Nunca un minuto vale tanto como cada uno de los que se suceden tras un infarto. Dicen los especialistas que el mayor problema de las personas que se infartan es la pérdida de tiempo. Pero 'quién pierde tiempo?
El paciente que desconoce que está teniendo un infarto; los profesionales de las ambulancias, que muchas veces no están capacitados para identificar lo que le pasa a la persona que trasladan; las instituciones médicas que demoran el ingreso y la correcta atención de los pacientes, y así...
Un dato clave: una persona infartada pero bien tratada sólo tiene un 2% de probabilidades de morir.
El Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) cumplió 30 años, y para festejarlo, organizó un simposio médico que se realizó ayer en el Hotel Alvear. Uno de los temas tratados fue justamente el de la rápida revascularización. "Se estima que cada año 45.000 personas tienen infartos en el país, y sólo el 5% está bien tratado. Sólo muere el 2% de las personas que tuvieron un infarto y fueron bien atendidas", explicó a Clarín Jorge Belardi, presidente del ICBA.
Bien atendido significa que al infartado se le haya practicado una angioplastía antes de cumplirse tres horas del inicio de los síntomas.
El infarto agudo de miocardio es la lesión muscular que se produce a partir de la obstrucción de una arteria coronaria. Cada minuto que pasa aumenta el número de células muertas, y por eso la implementación de estrategias tendientes a agilizar los tiempos son fundamentales.
"Los tratamientos avanzaron mucho. Argentina está a nivel internacional en la atención, pero el problema es que la gente se muere porque se trata tarde, porque se pierde tiempo", insiste Belardi. Cada año mueren en el país unas 15.000 personas por un infarto sin atender, o mal atendido.
El 75% son hombres de 40 a 90 años, aunque la edad más crítica es entre los 50 y los 60. En las mujeres el mayor problema se da una década después. La solución más efectiva para el infarto es la angioplastía con la que se destapa la arteria obstruida. Belardi hace hincapié en la organización de todos los pasos.
Para empezar, cualquier persona debería reconocer cuando está teniendo un infarto: el dolor y la presión en el pecho son muy fuertes y también hay malestar general. Esa persona debe llamar en forma urgente a una ambulancia y explicar con claridad qué le ocurre. O, si tiene la posibilidad, es preferible que un taxi u otra persona lo lleve a un centro asistencial.
"En promedio, los pacientes llegan cuatro horas después de comenzado el infarto. Es una barbaridad", dice Belardi.
También asegura que en promedio se tarda media hora en ingresar a una persona en un hospital o clínica. Y ahí se da otro gran problema: si el infarto ocurre entre las 20 y las 7, es decir, de noche, hay que llamar a los especialistas (no están de guardia), y eso tiene una demora de unas dos horas.

El aceite de oliva puede reducir la obesidad, diabetes y la hipertensión

Una dieta rica en aceite de oliva puede disminuir la incidencia de la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial, algo que ponen de relieve numerosos estudios experimentales, epidemiológicos y clínicos.
Así lo destacó el doctor Federico J. C-Soriguer Escofet, que moderará el simposio 'Aceite de oliva, obesidad, síndrome metabólico y diabetes' en el marco del II Congreso Internacional Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008) que se celebrará del 20 al 22 de noviembre en Jaén y Córdoba.
La organización del encuentro recordó en un comunicado que la prevalencia de estas enfermedades aumentan año tras año hasta alcanzar el carácter de una gran epidemia mundial. "Aunque hay un componente genético, el factor más importante de esta alta prevalencia son los cambios en los hábitos de vida, especialmente el sedentarismo y la dieta", explicó C-Soriguer Escofet.
Según añadió el especialista, miembro del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga, en lo que respecta a la dieta probablemente el factor más importante ha sido el aumento de las grasas, especialmente de las grasas saturadas, y también el desequilibrio entre las grasas polinsaturadas: por un lado, el aumento de los ácidos grasos n-6 (los que proceden de semillas), y por otro, la disminución de los ácidos grasos n-3, procedentes de algunos vegetales y de los pescados.
"En este contexto, el descubrimiento del valor biológico del tercer grupo de grasas, las monoinsaturadas, como el aceite de oliva, están ocupando el interés creciente de la comunidad científica", apuntó. De hecho, numerosos estudios experimentales, epidemiológicos y clínicos han corroborado que una dieta rica en aceite de oliva, como la mediterránea, puede disminuir la incidencia de algunas patologías como la obesidad, la diabetes mellitus tipo dos o la hipertensión arterial, así como reducir la resistencia periférica a la acción de la insulina.
Este y otros asuntos se tratarán en el II Congreso Internacional Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008), donde C-Soriguer Escofet moderará un simposio sobre aceite de oliva, obesidad, síndrome metabólico y diabetes en el que los diferentes ponentes expondrán cómo la dieta mediterránea puede atenuar el crecimiento de estas patologías.

"La clave radica en que una dieta rica en aceite de oliva puede disminuir la respuesta inflamatoria, que hoy se considera parte del origen de estas enfermedades y por tanto disminuir la incidencia de la obesidad y de la hipertensión arterial, además de mejorar la hiperlipidemia postpandrial, el exceso de grasas en la sangre después de la ingestión de un nutriente".

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

Actualmente se trabaja en cinco grandes líneas de investigación relacionadas con estas patologías: aceite de oliva e inflamación; aceite de oliva y metabolismo postpandrial (la concentración de triglicéridos en sangre después de las comidas); aceite de oliva y resistencia periférica a la acción de la insulina; aceite de oliva y expresión de genes relacionados con el metabolismo de los carbohidratos y las grasas; y por último, el estudio del papel de los componentes menores del aceite de oliva virgen sobre el metabolismo intermediario. Sus últimas aportaciones se expondrán en CIAS 2008.

"El aceite de oliva virgen es el denominador común de todas las dietas de los países mediterráneos, sin embargo, no debe considerarse como un fármaco sino contextualizarlo en esa dieta. Una dieta mediterránea no es concebible sin el aceite de oliva pero debemos conseguir imponer en nuestras sociedades uno de los valores más importantes de la dieta mediterránea: la frugalidad, es decir, la moderación en la comida y en la bebida", afirmó

Es posible reducir el riesgo de Alzheimer en un 70%

Reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer hasta el 70 por ciento es posible si se controla el síndrome metabólico, ha expuesto con rotundidad Peter Franz Riederer, eminente neurocientífico e investido doctor honoris causa por la Universidad Internacional de Cataluña.
"Es posible disminuir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer en torno a un 70 por ciento controlando la diabetes, la hipertensión arterial y el estado lipídico. Esto significa que se debe controlar el síndrome metabólico", ha declarado Peter Franz Riederer, referente internacional en investigación en neurociencias.
Franz Riederer, jefe de Neuroquímica Clínica en la Policlínica de Psiquiatría y Psicoterapia de la Facultad de Medicina de Würzburg (Alemania), ha sido investido doctor honoris causa por la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), en Barcelona.
La rotunda afirmación de este neurocientífico respecto a la reducción del riesgo de la enfermedad de Alzheimer (EA) está bien fundamentada en numerosos estudios epidemiológicos de la literatura médica y bien probada desde el punto de vista experimental, ha comentado.
Entre las medidas preventivas que aconseja para disminuir este riesgo figura la adopción de estilos de vida saludables. Pero, curiosamente, ha explicado que, en este sentido, la lectura no resulta tan beneficiosa como enfrentarse a diario a la resolución de problemas de la vida cotidiana, como hacer gestiones en un aeropuerto para recuperar unas maletas, ha apuntado gráficamente.
No obstante, existen otras hipótesis relativas a ciertos componentes que se ingieren a través de la dieta, aún no probadas y que también podrían influir en el desarrollo de la EA.
Uno de ellos es el consumo de carne de res asada (roast bief) que puede causar enfermedades priónicas en los seres humanos, así como otros trastornos neurodegenerativos, aunque "no hay nada demostrado; todavía es una hipótesis", ha insistido Franz Riederer.
Este investigador ha centrado buena parte de sus estudios en la enfermedad de Parkinson. Una de sus líneas de trabajo en ella pretende precisar el papel neurofisiológico de la neuromelanina, a la que hasta ahora la comunidad científica y los libros de Medicina han considerado un producto de degradación.

Dos tipos de neuronas

Sin embargo, Franz Riederer explica que diversos estudios sobre el estrés oxidativo de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia nigra han revelado que existen dos tipos de neuronas: unas que contienen neuromelanina y que, en caso de interactuar con elevadas cantidades de hierro, son más vulnerables al estrés oxidativo, y otras sin neuromelanina.
De modo, que ésta no es un producto sin utilidad, ya que se ha visto que las neuronas que la contienen son más sensibles a mecanismos normales que las que no la tienen.La mejor comprensión de las funciones de la neuromelanina -un polímero, desde el punto de vista químico- permite pensar en futuras terapias que eviten el estrés oxidativo o estrategias modificadoras de la evolución del Parkinson.

Pocos, pero selectos

Peter Franz Riederer, reconocido investigador en neurociencias, ha sido investido doctor honoris causa, junto a Rafael Pich-Aguilera, médico y padre de la orientación familiar en España, en una doble sesión de reconocimiento celebrada en la Universidad Internacional de Cataluña (UIC).
El acto ha coincidido con el décimo aniversario de esta universidad privada. En sus diez años de existencia ha sido la segunda ceremonia de investidura de doctores honoris causa que tiene lugar en ella, ya que en octubre de 2005 recibió el doctorado honorífico Ramon Guardans, impulsor de la UIC y fallecido hace poco.
Jordi Cervós Navarro, rector emérito de esta universidad y neurólogo, se ha encargado de la laudatio de Franz Riederer. Esta nueva distinción se suma a los catorce premios internacionales con que ya ha sido galardonado por su actividad investigadora, ingente y de calidad, especialmente en el estudio de la enfermedad de Parkinson.

Fármacos y biomarcadores

Una de las posibles futuras terapias sería recurrir a un compuesto que se uniera al hierro localizado en la sustancia nigra, a través de un fármaco, para evitar el estrés oxidativo, o bien utilizar antioxidantes con el mismo fin. Compañías como la americana Varinel han iniciado trabajos, aún experimentales, en este sentido.
Y, en el ámbito internacional, otro gran estudio, el Adagio, de diseño robusto, evaluará el inhibidor de la monoaminooxidasa de tipo B en cientos de pacientes, según Peter Franz Riederer.
Otra idea con futuro es medir las concentraciones de neuromelanina en sangre, para utilizarla como biomarcador de la evolución del Parkinson y probar los efectos de fármacos como la rasagilina, aunque "es una visión hipotética" y para realizarla habrá que vencer varias dificultades técnicas.
El reto es disponer de biomarcadores para detectar el Parkinson cuando no hay síntomas clínicos, si bien entre el 20 y el 30 por ciento de las neuronas podrían haber degenerado.

Juicios sobre la obesidad

¿Por qué engordamos? ¿Cómo se acumula la grasa en el cuerpo? ¿Cuál es la explicación de que el peso de unas personas aumente más que el de otras aunque coman lo mismo? Conocer los mecanismos de la obesidad es uno de los objetivos más perseguidos por la investigación médica en los últimos tiempos. Dos trabajos publicados esta semana aportan nuevas perspectivas para asomarse al que ya se conoce como el mal del nuevo siglo.
El primero de estos estudios, publicado en la revista 'Cell Metabolism' sugiere que no toda la grasa que se almacena en el organismo tiene las mismas propiedades. Según esta investigación preliminar, los lípidos que se acumulan en el área subcutánea podrían ser, al contrario que los almacenados en el abdomen, positivos para la salud.
"La mayoría de estudios previos se habían centrado en los efectos nocivos de la grasa intra-abdominal [el tamaño de la cintura se asocia con mayor riesgo de diabetes y otras enfermedades cardiovasculares], pero pocos habían profundizado en la subcutánea", señala a elmundo.es Ronald C. Kahn, miembro de la Harvard Medical School (Boston, EEUU) y principal autor del trabajo.
"Nuestros hallazgos sugieren que no toda la grasa es mala. La acumulada en muslos y caderas [subcutánea] parece provocar efectos beneficiosos en el metabolismo, lo que hace que el desarrollo de la diabetes sea menos probable", aclara.

Investigación preliminar

Para llegar a esta conclusión, el equipo de este experto realizó varios experimentos en animales partiendo de una pregunta: ¿los efectos sobre la salud de todas las células que acumulan grasa en el organismo son los mismos independientemente de su localización?
Los investigadores trataron de encontrar la respuesta trasplantando grasa de la zona abdominal en regiones subcutáneas de ratones y viceversa.
Los resultados de su trabajo mostraron que, cuando la grasa subcutánea se colocaba en la zona abdominal, los animales adelgazaban y mejoraban sus niveles de insulina y glucosa en sangre. Por el contrario, el trasplante de grasa abdominal en muslos y caderas no producía ningún efecto en el metabolismo de los ratones.
"Esto indica que el tejido subcutáneo tiene unas propiedades celulares autónomas que pueden actuar sobre otros tejidos para mejorar la sensibilidad a la insulina y el estado metabólico", señalan los autores en su trabajo. "Encontrar el mecanismo que genera este efecto beneficioso podría ser clave para desarrollar nuevos fármacos contra la obesidad", remarca Kahn, quien prolongará la investigación para tratar de dar con esa clave.

Las células de la grasa permanecen

Analizar el comportamiento de la grasa dentro de nuestro organismo también era el objetivo de otra investigación cuyos resultados se publican en el último número de 'Nature'.
Este trabajo, dirigido por científicos del Instituto Karolinska (Suecia), ofrece respuesta a una de las preguntas más frecuentes: ¿cómo engordamos? Aunque otras investigaciones ya habían señalado que, al ganar peso, el organismo de un adulto no crea nuevos adipocitos – células que almacenan la grasa -, sino que acumula más lípidos en las células ya existentes, este trabajo apunta un dato novedoso: los adipocitos se regeneran constantemente.
Según sus datos, el número de células que almacenan grasa se adquiere en la infancia y adolescencia.
Una vez que la persona llega a la edad adulta, la cantidad total de esas células permanecerá siempre invariable, aunque en constante renovación. Así, cada año moriría un 10% de estas células, que sería reemplazado por un porcentaje igual de adipocitos generados.
Aunque ambos trabajos necesitan posteriores investigaciones que ratifiquen sus conclusiones, ofrecen nuevas vías para enfrentarse a la diabetes.
Y, teniendo en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud, en 2015 habrá más de 700 millones de obesos en todo el mundo, no está de más contar con nuevas armas. Eso sí, no hay que olvidar que, en la mayoría de los casos, es posible vencer al sobrepeso si se ingieren menos calorías de las que se gastan.

El curioso caso del hombre que venció al SIDA

Tiene 42 años. Es americano, vive en Berlín y, desde hace unos meses, es el paciente más solicitado por los médicos de todo el mundo, que quieren estudiar su caso único.
El interés se debe, ni más ni menos, a que este hombre ha vencido al VIH. Al menos, ha podido con él durante 600 días, que es el tiempo que lleva sin la presencia del virus en su sangre.
La historia, comenzó cuando el paciente, ya enfermo de sida, desarrolló una leucemia.
A pesar del tratamiento a base de radioterapia y quimioterapia, la solución pasaba inevitablemente por un trasplante de médula.
Y en este punto su doctor, el hematólogo Gero Hütter, de la Charité Medical University de Berlín, tuvo una idea. De entre los 80 donantes compatibles con el paciente que vivían en Alemania, el galeno eligió la muestra 61, que pertenecía a un individuo con una mutación genética, heredada de sus padres, que le hace inmune a casi todas las cepas del VIH.
Esta mutación natural es conocida como la delta 32 CCR5. El CCR5 es una molécula que actúa como una puerta de entrada y deja al VIH vía libre para que infecte a las células. Las personas que presentan la mutación -alrededor del 1,5% de la población, principalmente del norte de Europa- son resistentes a la infección.
Antes de realizar el trasplante, el equipo médico ordenó al paciente que dejara de tomar los fármacos antirretrovirales que mantienen el sida a raya, porque temían que pudieran dificultar la adaptación de las células trasplantadas. Planeaban restaurar la terapia en cuanto el VIH reapareciera otra vez en su sangre. Pero nunca lo hizo. Nunca, hasta ahora, ha vuelto a dar señales de vida. Casi dos años después del trasplante, el hombre aún está recuperándose de la leucemia, pero no tiene que preocuparse, de momento, por el sida.
"Estoy muy sorprendido", ha reconocido al diario estadounidense el doctor Gero Hütter. Normalmente, cuando un seropositivo deja de tomar la medicación, el virus aprovecha para propagarse otra vez por el organismo. Es cuestión de días o, como mucho, semanas. Pero en esta ocasión, parece que las células trasplantadas, con la mutación genética, han vuelto al paciente inmune a la enfermedad que padecía.

Una esperanza

El caso ha sido tan asombroso que se ha debatido en distintos foros científicos relacionados con el sida. Todos los expertos coinciden en señalar, según recoge la Asociación Americana de Investigación del Sida (Amfar), que "aunque pueden quedar restos del VIH en el paciente, está funcionalmente curado".
No obstante, los especialistas advierten de que este tipo de trasplantes no es una opción válida para los 33 millones de personas que viven en el mundo con VIH. Primero, por los muchos riesgos que conlleva, incluyendo un aumento de las infecciones y de la mortalidad.
Segundo, porque el coste de esta intervención supera los 250.000 dólares y, en tercer lugar, porque el número de personas con la mutación delta32-CCR5 y que puedan ser donantes es muy pequeño.
Sin embargo, el caso del paciente de Berlín es esperanzador y abre la puerta a nuevas aproximaciones de la terapia génica -aunque ha sido muy polémica y controvertida hasta la fecha- y al desarrollo de estrategias que actúen de forma similar a lo realizado en Alemania.

Diez razones para comer huevo.

Actualmente el huevo es considerado alimento funcional, ya que cumple con las definiciones de diferentes organizaciones como la del Instituto de los Tecnólogos del Alimento que los define como aquellos alimentos que proporcionan una ventaja fisiológica adicional más allá del cumplimiento de las necesidades alimentarias básicas y son considerados los alimentos del futuro por aportar beneficios extras para la salud.
Otros ejemplos son: los tomates por su licopeno, el té por sus polifenoles y los productos lácteos fermentados por su contenido en prebióticos. De acuerdo a la categorización de la Asociación Dietética Americana (ADA) los huevos son alimentos que se encuentran naturalmente enriquecidos con componentes fisiológicos activos.

Dentro de los beneficios funcionales más importantes que se le atribuyen se encuentran la gran variedad de vitaminas y minerales, especialmente las del tipo antioxidantes (Vitaminas E y A, Zinc y Selenio); la colina, un vitaminoide esencial para las embarazadas y niños pequeños que interviene en el desarrollo de la memoria (un huevo contiene el 50 % de las recomendaciones dietarias de este nutriente) y con su ingesta adecuada, mejoran las funciones cognitivas y de la memoria; y un tipo especial de carotenoides -luteína y zaxantina- presentes en la yema del huevo que actúan previniendo la degeneración de la mácula del ojo, relacionada con la edad y el riesgo de sufrir cataratas, como también una disminución muy importante de la visión en los adultos mayores (ver documento adjunto).

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) afirma que los huevos son uno de los alimentos más nutritivos de la naturaleza debido a la calidad de sus proteínas y a la gran cantidad de vitaminas, minerales y sustancias esenciales que aporta. Las proteínas son esenciales para el desarrollo y mantenimiento de nuestro cuerpo, ya que los músculos, los órganos, la piel, el pelo, los anticuerpos, las enzimas y las hormonas están formados por proteínas. La proteína está compuesta por 20 diversos aminoácidos. Nueve de esos aminoácidos se denominan esenciales porque no se pueden fabricar por nuestro propio cuerpo, sino que se deben incorporar a través de los alimentos. Los alimentos como el huevo que contienen los nueve aminoácidos esenciales se denominan alimentos de "proteína completa", siendo una fuente excelente de proteína de alta calidad. Los científicos utilizan la proteína de los huevos como patrón de referencia para medir la calidad proteica de otros alimentos. La calidad de proteína se expresa como valor biológico. El valor biológico de la proteína es un índice que mide la eficacia en que la proteína se utiliza para el crecimiento. La proteína de huevo tiene un alto valor biológico de 93,7%.

Desde el 2000 la AHA (American Heart Association) en sus guías alimentarias para la población sana, habla del consumo de 1 huevo por día en el marco de una dieta sana y equilibrada. Estas guías son pautas alimentarias que se recomiendan para mantener un estilo de vida saludable. El International Journal of Cardiology (2005; 99:65-70) publicó un estudio donde el consumo de 2 huevos diarios no presentó efecto nocivo sobre la función endotelial ni aumentó los niveles de colesterol. El huevo sólo aporta 75 calorías (igual que una fruta mediana) y provee la mejor proteína encontrada entre todos los alimentos -con el mejor perfil aminoacídico- ya que contiene los 9 aminoácidos esenciales. El huevo contiene gran cantidad de vitaminas y minerales, protegiendo del déficit de las mismas en una dieta de pérdida de peso, ya que contiene vitaminas del grupo B (B1, B2, B6 y B12), E y D; y minerales como el hierro, selenio, yodo, folato y zinc. Además es un alimento natural y “envasado en origen”, una de las creaciones más completas de la naturaleza que aporta la mejor nutrición al menor costo.

Propiedades del huevo

· Vitaminas A, B (B1, B2, B6 y B12), E y D;

· Minerales: hierro, selenio, yodo, folato y zinc.

· Proteínas de alta calidad, las mejores que se pueden encontrar entre todos los alimentos y las que mejor aprovecha nuestro organismo debido a su alto valor biológico.

· Grasas insaturadas que favorecen la salud cardíaca y vascular.

Beneficios que nos aporta el huevo para las diferentes etapas de la vida

· Embarazadas: es imprescindible para el desarrollo del cerebro del bebé en gestación y en la función de la memoria por su alto contenido en colina.

· Niños: es recomendado para optimizar su desarrollo y el crecimiento de huesos, órganos y músculos del cuerpo debido a la calidad y cantidad de proteínas que aporta. Gracias al gran aporte de vitaminas y minerales previene la deficiencia de las mismas.

· Adultos mayores: previenen la degeneración macular relacionada con la edad (pérdida de visión que ocurre con el transcurso de los años) e intervienen disminuyendo la incidencia de cataratas por su alto contenido en carotenoides: luteína y zeaxantina.

· Pérdida de peso: el consumo de huevo puede ayudar en la reducción de peso sin arriesgar la salud. El huevo a pesar de poseer una cantidad inigualable de nutrientes y estar repleto de vitaminas y minerales es bajo en calorías, contiene solamente 75 calorías por unidad (igual que una fruta mediana).

La actividad física moderada reduce el impacto de la artritis

El temor de los pacientes con artritis a agravar la enfermedad, lesionarse o sentir más dolor suele desalentarlos de hacer actividad física. Pero una rutina diaria de 30 minutos con ejercicios de intensidad leve a moderada permite controlar el dolor, la rigidez muscular y la fatiga que produce esa enfermedad crónica que ataca las articulaciones.
No importa cuál sea el tipo de artritis -las más comunes son la osteoartritis, la artritis reumatoidea y la fibromialgia-, una serie de ejercicios específicos que ayuden a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la capacidad aeróbica aumenta la independencia de los pacientes y hasta permite reducir el uso de analgésicos para controlar el dolor. El objetivo de complementar con ejercicio la terapia farmacológica para controlar esta enfermedad crónica es reducir la inactividad que causa debilidad, rigidez muscular, obesidad, osteoporosis, hipersensibilidad al dolor, ansiedad y depresión.
"Además de proteger las articulaciones, relajar la tensión, ayudar a controlar el peso y disminuir el dolor y el riesgo de sufrir lesiones, el ejercicio aumenta las endorfinas y la serotonina, lo que mejora el estado de ánimo general en los pacientes durante unas seis a ocho horas. No hay ningún medicamento que tenga todos estos efectos", explicó el doctor Pablo De Caso, integrante del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Austral y entrenador certificado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford del programa de manejo personal de la artritis.
Este programa de acondicionamiento físico, que dura 6 semanas para luego ponerlo en práctica en el hogar, se diseñó tras tener en cuenta los problemas más frecuentes que manifestaron 300 pacientes con artritis, en silla de ruedas o que podían caminar, pero que no hacían ejercicio por temor a que se les agravara la enfermedad. La lista, encabezada por el dolor, incluyó: depresión, fatiga, cansancio, reducción de la funcionalidad, mala alimentación y alteraciones del sueño, entre otras.
"La idea es hacer un calentamiento muy suave; luego agregar ejercicios de flexibilidad (sin tirar de los músculos), de fuerza y aeróbicos, como bailar o caminar, para mejorar el funcionamiento cardiovascular y pulmonar. Al final se incorporan ejercicios de estiramiento y relajación", resumió De Caso durante una reunión para promover el ejercicio en pacientes con artritis reumatoidea.
En la experiencia del Servicio de Reumatología del Austral, donde desde el año pasado se usa el programa, el 90% de los 120 pacientes que lo utilizaron disminuyó o dejó de consumir antiinflamatorios. "La combinación de la alimentación sana, la actividad física y la terapia para controlar la enfermedad los ayudó a mejorar la calidad de vida, evitar la automedicación, reducir el gasto en remedios y usar menos servicios de salud", dijo el reumatólogo.
Para Norma de Orué, presidenta de Ayuda Mutua Artritis Reumatoidea (AMAR), que participó de la reunión para pacientes, "la rehabilitación física es tan importante como la medicación para controlar la enfermedad. Pero hay médicos que aconsejan hacer actividad física y hay médicos que no lo hacen".
Norma padece artritis reumatoidea desde hace 38 años y hace 15 fundó el grupo AMAR en el hospital Rivadavia ( http://www.artritisreumatoidea.org/ ). "El ejercicio da energía y nos hace sentir en plenitud. Este programa me pareció excelente", dijo después de realizar la rutina de 30 minutos junto con un centenar de pacientes, algunos en silla de ruedas.
En las personas con la enfermedad en remisión, dijo De Caso, están permitidos todos los deportes, mientras no provoquen dolor.
En cambio, en las personas con la enfermedad activa, lo más adecuado son las actividades de bajo impacto, como natación, pilates, bicicleta fija o stretching. Hay que comenzar la rutina gradualmente hasta poder repetirla todos los días.
Cuando aparecen dolores o contracturas, se pueden usar los ejercicios de flexibilidad, que no exigen mover la articulación. "Además de mejorar la condición física de los pacientes, esto ayuda a cortar el ciclo de dolor de la enfermedad", finalizó el especialista.

Nobel de Química por hallazgo de una proteína luminosa

Cuando en 1955 un oscuro e inexperto asistente de laboratorio de la Universidad de Nagoya comenzó a estudiar qué hacía brillar los restos de un molusco si se los humedecía, nadie imaginó que las investigaciones de Osamu Shimomuya, ese muchacho cuya educación se había interrumpido por la tragedia de la bomba atómica, conducirían a una verdadera revolución científica.
Shimomura, que siete años más tarde, estudiando la medusa Aequorea victoria, descubría una proteína que brilla espontáneamente con un color verde fluorescente, Martin Chalfie, que descubrió cómo utilizarla para visualizar los infinitesimales engranajes de la vida, y Roger Tsien, que diseñó nuevas variantes de la GFP que brillan en distintos colores, comparten este año el Premio Nobel de Químicapor desarrollar una herramienta que permite observar los miles de procesos químicos que mueven la maquinaria celular.
"Cuando los científicos obtienen métodos que los ayudan a ver cosas que eran invisibles -afirma la Academia de Ciencias Sueca en su anuncio-, la investigación da un gran paso. Por ejemplo, cuando en el siglo XVII Anton van Leeuwenhoek inventó el microscopio , surgió un nuevo mundo. De repente, los científicos pudieron ver bacterias, espermatozoides y células sanguíneas. Cosas que ni siquiera sospechaban que existían. El Nobel de Química de este año premia un efecto similar."
"La cantidad de descubrimientos que se hicieron a partir de esta proteína es incalculable -explica Mario Ermácora, investigador principal del Conicet y profesor titular de Bioquímica de la Universidad Nacional de Quilmes-. Forma parte del arsenal de reactivos de biología molecular y celular de todos los laboratorios del mundo, se usa en anticuerpos, en células aisladas, en organismos completos, para estudiar el movimiento de organelas en las células o cómo se secretan proteínas. Las aplicaciones son absolutamente innumerables. Pero, además, tiene una propiedad increíblemente bella, que es la de emitir luz. Es una reacción bioquímica muy hermosa, muy característica y muy rara."

La estrella de la bioquímica

Un año después de que le encomendaran la tarea de descubrir por qué brillaban los restos húmedos de la Cypridina , Shimomura tuvo en sus manos una proteína que brillaba 37.000 veces más que los restos pulverizados del molusco.
Ese trabajo realizado en Japón le valió un inesperado título de doctor y un contrato de la Universidad de Princeton, donde -junto con Frank Johnson- seis años más tarde aislaría de la Aequoria victoria ( una medusa que flota en las aguas océanicas que bañan las costas occidentales de América del Norte) una proteína que a la luz del sol es verdosa, bajo la luz de una lamparita eléctrica es amarillenta, y bajo la luz ultravioleta, verde fluorescente. Hoy se la conoce como green fluorescent protein o GFP.
Durante los siguientes 26 años, esa cadena de 238 aminoácidos que se pliegan siguiendo la forma de una lata de cerveza y dentro de cuya estructura se encuentra el grupo químico que absorbe la luz ultravioleta fue poco más que una curiosidad del mundo natural.
Pero en 1988 Chalfie se enteró de sus extrañas propiedades y pensó que podría utilizarse como una señal para estudiar las proteínas del gusano Caenohhabditis elegans , un modelo clásico de la biología.
Trabajando con colaboradores, encontró la forma de aislar y clonar el gen que posee las instrucciones para sintetizar la GFP.
A mediados de los años noventa, Tsien cartografió el grupo químico que absorbe y emite luz, y luego lo modificó para que lo hiciera con luz de otras longitudes de onda. Así, hoy los investigadores disponen de nuevas variantes de la proteína que brillan en diferentes colores.
"Uniendo el gen de la GFP al que dirige la síntesis de otra proteína, uno puede «etiquetar» cualquier proteína que quiera estudiar -dice Ermácora-. Como Kary Mullis con la PCR (un proceso que permite hacer copias del ADN), [Shimomura, Chalfie y Tsien] nos dieron una herramienta de aplicación universal."
Actualmente, Shimomura -que ayer recibió la célebre llamada desde Estocolmo, a las cinco de la mañana- es investigador del Laboratorio de Biología Marina de Woods Hole, Massachusetts. Chalfie, nativo de Chicago, trabaja en la Universidad de Columbia y dijo que no se había enterado del premio hasta que se le ocurrió mirar en Internet... ¡y encontró su nombre! Tsien, nacido en Nueva York, es investigador de la Universidad de California, en San Diego.
Cada uno de ellos recibirá un tercio del premio de 1.400.000 dólares que otorga el Instituto Karolinska.

Amor y odio comparten apartamento en tu cerebro


Los científicos descubren por qué es cierto el dicho de que entre ambos sentimientos sólo hay un paso: las respuestas cerebrales en ambos casos se encuentran enlazadas.
A menudo parece que una delgada línea separe el sentimiento de amor del odio. Ahora, los científicos parecen haber descubierto por qué.
Escáneres cerebrales realizados a sujetos participantes en un estudio, y que aseguraban sentir odio, mostraban una actividad neurológica muy similar al sentimiento contrario, según aseguran los científicos que han llevado a cabo la investigación.
Conforme a lo expresado por Semir Zeki y John Paul Romaya (University College of London), autores del informe que se publica en la revista especializada PLoS One,"este vínculo podría demostrar por qué el amor y el odio están tan ligados en la vida cotidiana".
En su estudio, los investigadores enseñaron a 17 personas de ambos sexos las fotografías de varios sujetos, mientras registraban punto por punto la respuesta a esa acción en su cerebro. Entre las imágenes aparecían personas que ellos mismos habían señalado antes como queridas, odiadas o neutrales.

Circuito compartido

Entre las del segundo grupo, por cierto, todas eran de ex amantes o compañeros de trabajo, a excepción de una de un famoso político.
Al analizar el resultado del escáner, se detectó un patrón de actividad en varias áreas cerebrales, que los científicos calificaron como "circuito del odio".
Así, uno de los componentes de ese circuito es un área que se sabe que tiene una función crítica a la hora de predecir la conducta de otros sujetos: algo fundamental cuando se prevé que haya un enfrentamiento.
Pero siguiendo la línea de ese circuito, los científicos también llegaron a dos zonas conocidas como putamen e insula, que se encendían como un árbol de navidad en la pantalla del escáner además cuando las fotografías que veía el sujeto eran de alguien querido.