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La cebolla protege del cáncer

Si la cebolla protege del cáncer, ¿ahora hay que comerse una al día? No, por desgracia las cosas no son tan sencillas. Lo que un equipo de investigación ha demostrado en un artículo reciente es que una sustancia que podemos encontrar en la cebolla ayuda a luchar contra ciertos tipos de tumores, y de una manera muy notable.



La sustancia en cuestión se denomina onionina A – por onion, cebolla en inglés. Es un compuesto que se puede obtener de manera sencilla de esta planta, y que tiene un efecto antitumoral frente a uno de los cánceres más comunes, el cáncer epitelial ovárico.

El mecanismo molecular gracias al cual la onionina A ayuda contra el cáncer es complejo. En realidad no afecta directamente a las células tumorales, si no a los macrófagos pro-tumorales. Estas células ayudan a que ciertos tumores se desarrollen, protegiéndolos. Es decir, la onionina ataca a la línea de defensa del tumor.


Los macrófagos son células del sistema inmune. Su función es protegernos de infecciones y otros ataques a nuestro cuerpo, esencialmente “comiéndose” – fagocitando – las células que nos atacan. Pero frente a ciertos tipos de cáncer, pierden su efectividad.

Bueno, no realmente. Lo que hacen es reconocer el tumor como aquello a lo que hay que proteger, luchando contra otras células del sistema inmune que tratan de protegernos. Y aquí es donde entra en juego la onionina A.

La sustancia derivada de la cebolla impide el crecimiento de los macrófagos que protegen al tumor. De esta manera, permiten que otras líneas de defensa de nuestro organismo puedan atacar al cáncer de manera más efectiva. También hacen que los tumores crezcan más lentamente, dando tiempo a otros tratamientos para que cumplan su función.

Todo esto suena muy bonito y elegante, pero ¿qué evidencias tienen los científicos? Es decir, ¿cómo y dónde lo han comprobado? Pues de manera bastante extensa, la verdad. Han demostrado la efectividad de la onionina tanto en ensayo in vitro – en cultivos celulares de tumores – como in vivo, es decir, en cánceres reales.

La cebolla no va a curar el cáncer, eso está claro. Pero la onionina puede mejorar, y mucho, la efectividad de los tratamientos actuales, aumentando las posibilidades de supervivencia y curación del cáncer. Y al tratarse de un derivado de la cebolla, una planta sencilla y barata de cultivar, no encarece de manera notable el tratamiento. Todo son ventajas.

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