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Que es la Diabetes

La diabetes es una enfermedad en la que el organismo no produce insulina o no la utiliza adecuadamente. La insulina es una hormona necesaria para transformar el azúcar, el almidón y otros alimentos en la energía que necesitamos para nuestra vida cotidiana. Aunque tanto los factores genéticos como medioambientales, tales como la obesidad y la falta de ejercicio, parecen desempeñar roles importantes, la causa de la diabetes continúa siendo un misterio.


En los Estados Unidos, hay 20.8 millones de personas, o el 7% de la población, que sufren de diabetes. Si bien ya se han diagnosticado con diabetes alrededor de 14,6 millones de personas, desafortunadamente 6,2 millones (o casi un tercio) no saben que padecen la enfermedad.

Para determinar si un paciente tiene diabetes latente o diabetes, los profesionales de la salud realizan una prueba de glucosa en el plasma en ayunas (GPA) o una prueba oral de tolerancia a la glucosa (POTG). Con cualquiera de esas dos pruebas, puede diagnosticarse la diabetes latente o la diabetes. La American Diabetes Association recomienda la prueba de GPA porque es más económica, rápida y fácil de realizar.

Si en la prueba de GPA se detecta un nivel de glucosa en la sangre en ayunas entre 100 y 125 mg/dl, significa que la persona tiene una diabetes latente. Una persona con un nivel de glucosa en la sangre en ayunas de 126 mg/dl o superior padece diabetes.

Diabetes Tipo 3

La diabetes tipo 2 es la clase de diabetes más común. En la diabetes tipo 2, el organismo no produce suficiente insulina o las células ignoran la insulina. La insulina es necesaria para que el organismo pueda utilizar el azúcar. El azúcar es el combustible esencial para las células del organismo y la insulina transporta el azúcar en la sangre hacia las células. Cuando la glucosa se acumula en la sangre en lugar de penetrar en las células, pueden presentarse dos problemas:
  • En lo inmediato, las células pueden quedar privadas de energía;
  • Con el paso del tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar los ojos, los riñones, los nervios o el corazón.

Descubrir que uno sufre de diabetes causa temor. Pero no se desespere. La diabetes tipo 2 es una enfermedad seria, pero las personas con diabetes pueden llevar una vida saludable y feliz, y vivir por muchos años.

Si bien las personas de todas las edades y razas pueden padecer diabetes, algunos grupos corren más riesgos que otros de desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 es más común entre los afroamericanos, los latinos, los nativos americanos y los asiáticos americanos/ de las islas Pacífico, así como los ancianos.

Afecciones y Tratamiento

En esta sección, podrá reunir información sobre las afecciones relacionadas con la diabetes tipo 2 y el modo de prevenirlas. Entre las afecciones relacionadas con la diabetes tipo 2, se encuentran la hiperglucemia y la hipoglucemia. También encontrará información valiosa sobre la insulina, los medicamentos que se administran por vía oral, las diversas pruebas de diagnóstico (con la inclusión de la prueba A1c), el manejo y control de la glucosa en la sangre y consejos útiles acerca de cómo puede ayudarlo el profesional de la salud.

Complicaciones

El tener diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de desarrollar muchas complicaciones serias. Algunas de las complicaciones de la diabetes tipo 2 incluyen: enfermedad cardíaca (enfermedad cardiovascular), ceguera (retinopatía), lesiones nerviosas (neuropatía) y daño renal (nefropatía). Lea más sobre estas complicaciones y cómo manejarlas.

El Bienestar de Su Cuerpo

Haga que cuidar bien de su cuerpo sea su mayor prioridad. El tiempo que ahora dedica a cuidarse los ojos, los pies y la piel, al igual que su salud cardíaca y oral, podría retrasar o evitar el inicio de peligrosas complicaciones de la diabetes tipo 2 en el futuro. Además, algunas de las mejores cosas que puede hacer por su cuerpo son dejar de fumar y reducir la cantidad de bebidas alcohólicas que consume.

Permanecer sentado, un riesgo para la salud


Mantenerse en esta posición durante más de seis horas con un nivel escaso de actividad física aumentan el riesgo de mortalidad

Muchas personas intentan encontrar un hueco para practicar ejercicio después de haber pasado buena parte del día sentadas en la oficina. El sedentarismo, además de la obesidad y del tabaquismo, es uno de los principales enemigos de la salud en Occidente. La escasa actividad física y las horas que se permanece sentado aumentan el riesgo de mortalidad. Un reciente estudio concluye, además, que mantenerse en esta posición durante más de seis horas diarias aumenta el riesgo de mortalidad, con independencia del tiempo que se dedique después al deporte.

Además de ligarse a una escasa actividad física, la vida sedentaria se relaciona con el tiempo que una persona permanece en posición sentada. La oficina y el ordenador son el escenario diario de muchos trabajadores. Un estudio reciente, realizado por investigadores de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, demuestra que estar sentado más de seis horas seguidas aumenta de manera considerable el riesgo de mortalidad en adultos, sobre todo, en mujeres.

Sentados durante varias horas

En el estudio han participado más de 123.000 personas sanas, a quienes se ha realizado un seguimiento durante 14 años. En este tiempo, se han tenido en cuenta, además del grado de sedentarismo, otras variables como la obesidad, el tabaquismo, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Los investigadores han confirmado que las mujeres que permanecen sentadas más de seis horas aumentan en un 37% la probabilidad de morir, en comparación con quienes están sentadas un tiempo inferior a dos horas. En los hombres, este riesgo es del 18%.

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio destaca que las horas de sedentarismo son una variable diferente al grado de actividad física, de modo que el riesgo de muerte aumenta cuando lo hace también el tiempo que se permanece sentado, sea cual sea el ejercicio que se realice durante el resto de la jornada. Este hecho debe tenerse en cuenta, ya que personas con un nivel de actividad física saludable pueden registrar un alto riesgo de muerte debido al tiempo que permanecen sin levantarse.

Tal y como refleja el estudio, el riesgo se multiplica en los individuos que están así durante más de seis horas y, a su vez, realizan un grado de actividad física bajo. Los resultados indican que esto afecta a un 48% de hombres y a un 94% de mujeres. Los investigadores apuntan que estar sentado influye en el metabolismo de los triglicéridos, en el colesterol y en las lipoproteínas de alta densidad, entre otras, todos ellos biomarcadores de riesgo cardiovascular cuyo desorden incide en la salud de las arterias.

Dado que en la actualidad muchas actividades se realizan delante de una mesa y en posición sentada, los especialistas recomiendan pequeñas pausas entre horas para levantarse y andar un rato. Otro trabajo, realizado por científicos australianos y publicado en la revista 'Circulation', demuestra que cada hora diaria dedicada a ver la televisión conlleva un aumento extra del 11% en el riesgo de mortalidad asociado, sobre todo, a enfermedad cardiovascular.

David Dunstan, coordinador de este estudio, señala que "los cambios tecnológicos, económicos y sociales propician que la gente no se mueva como lo hacía antes. Mucha gente 'salta' del asiento del coche al de la oficina y, después, al sillón de su casa para mirar la televisión".

Poco esfuerzo para grandes beneficios

Algunos de los beneficios que proporciona un nivel adecuado de actividad física son evidentes, pero otros no. Para aclarar posibles dudas, facilitar la información y, de este modo, garantizar una mejor salud, el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación ha publicado un documento donde se especifican las ventajas de llevar una vida activa y cómo hacerlo. Uno de los principales autores del estudio, el profesor Ken Fox de la Universidad de Bristol (Reino Unido), destaca que un nivel de actividad física adecuado en adultos puede reducir la probabilidad de muerte por enfermedad a la mitad. Equipara el beneficio que proporciona llevar una vida activa con el hecho de dejar de fumar. Algunas de las ventajas más relevantes de realizar cualquier tipo de deporte de forma diaria son, en primer lugar, la reducción de la obesidad y su prevención. Muy ligada a esta consecuencia figura la disminución de la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en los países más desarrollados. También debe considerarse la diabetes tipo 2, ya que la disminución de la obesidad y una adecuada actividad física reducen el riesgo de desarrollarla. Por otro lado, la práctica correcta de ejercicio está asociada a una menor probabilidad de padecer tumores, sobre todo de colon, pulmón y mama. Otras ventajas más obvias son el fortalecimiento muscular y óseo, ya que el ejercicio favorece la densidad ósea y retarda la osteoporosis. Realizar ejercicio no sólo es bueno para el organismo, sino que también es sano para la mente. Diversos estudios señalan que controla la evolución del estrés, estimula la memoria e, incluso, puede ser muy beneficioso para el tratamiento de la depresión y el Alzheimer.

INTENSIDAD Y FRECUENCIA DEL EJERCICIO

Dos aspectos básicos que se deben prever al practicar deporte son la intensidad y la frecuencia. Antes se consideraba que lo más adecuado era realizar ejercicio intenso durante un mínimo de veinte minutos diarios. Más tarde, se ha comprobado que el ejercicio de intensidad moderada aporta los mismos beneficios: caminar con paso enérgico durante treinta minutos casi todos los días puede ser una alternativa, fácil de realizar. Los últimos estudios indican que dos o tres sesiones de diez minutos de ejercicio de intensidad elevada aportan a las personas con un horario ajustado beneficios similares que la misma actividad efectuada sin pausas. Para quienes no tengan ganas o tiempo, siempre es una buena idea cambiar pequeños hábitos sedentarios y utilizar las escaleras o, incluso, permanecer más tiempo de pie, en lugar de estar sentados.