En varias determinaciones de la presión arterial que le efectuaron a Daniel en los últimos meses, los valores obtenidos correspondían a los una persona hipertensa. Todos sus familiares y amigos coincidieron en que cuanto antes debía acudir al médico.
Daniel solicitó una cita con un médico clínico, pero se sintió inquieto porque temía olvidar algún aspecto en la entrevista con el médico.
A continuación, le acercamos a Daniel (y a otras personas que se encuentran en su situación) un listado de posibles interrogantes para la primera consulta y para las consultas de control, cuyas respuestas resultan muy importantes para encarar en forma precisa y conveniente el tratamiento y control de la presión arterial:
- ¿Cuál debería ser la presión arterial más conveniente, teniendo en cuenta mi edad?
- ¿Es cierto que mi presión está por encima de lo normal o sólo se trata de un problema de nervios?
- ¿Debería bajar de peso?
- ¿Es posible seguir una dieta que me ayude a bajar de peso y reducir la presión arterial?
- ¿Qué tipo de actividad física me conviene realizar?
- ¿Cuál es el momento del día más conveniente para tomarme la presión arterial?
- ¿Es necesario cambiar la dosis de medicamentos si bajo de peso? ¿Y al llegar el verano?
- ¿Cómo actúa la medicación que me indica?
- ¿Puedo modificar la dosis si observo que la presión se normaliza después de una semana?
- Además de reducir la presión arterial, ¿qué otros efectos podría tener en mí la medicación indicada?
- ¿Qué debo hacer si noto que aparece alguno de los efectos secundarios o colaterales de los medicamentos?
- ¿Es necesario que tome la medicación a un horario fijo?
- ¿Qué pasa si me olvido de una toma?
- Si me cambia o agrega otra medicación, ¿debo hacer algún cambio en mi dieta o en la actividad física?
Como puede apreciarse, existen muchos temas de consulta, y seguramente usted tiene varias preguntas que no están en el listado anterior. En todos los casos, tenga en cuenta que la única persona indicada para resolver estas cuestiones es su médico. Concurra a la consulta con el listado de las preguntas que considere necesarias, en un papel o en su memoria. Tome nota de sus respuestas y no se deje llevar por consejos de otras personas que, aunque seguramente muy bien intencionados, pueden orientarlo de manera incorrecta.