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Mitos y verdades de la celulitis.

Es uno de los males que afectan en forma exclusiva a las mujeres de todo el mundo. La celulitis está relacionada en forma directa con la producción de hormonas femeninas, como los estrógenos y la progesterona, por lo que los hombres están exentos de sufrirla. Esta dependencia hormonal, hace que los primeros síntomas de la enfermedad aparezcan en la pubertad.
Aunque en general las mujeres se refieren a “gordura localizada”, en alusión al exceso de grasa que se encuentra puntualmente en muslos y cadera, lo más probable es que estén en presencia de celulitis y esto exija un tratamiento mucho más complejo que una simple dieta.

Porqué se forma la celulitis
Entre la piel y los músculos, existe una capa de tejido conjuntivo que protege a estos últimos y, a la vez, contribuye a dar “suavizar” la forma corporal. Este tejido está formado por una especie de red de fibras, entre las cuales se ubican células grasas y líquidos que transportan sustancias variadas. Dichos líquidos –agua, sangre y linfa-, aportan nutrientes y oxígeno a las células de la piel y retiran las sustancias que le son tóxicas. Cuando, por diferentes causas, se dificulta la libre circulación de estos líquidos, el tejido conjuntivo se vuelve más grueso, se endurece y adquiere la forma característica con pozos y abultamientos, que externamente dan la típica apariencia de una cáscara de naranja.

Causas que provocan la aparición de celulitis
Si bien la celulitis tiene un componente hereditario importante, existen numerosos factores que contribuyen a que se desencadene esta enfermedad. Las situaciones de estrés o que generen tensión nerviosa excesiva, el cansancio, los hábitos alimentarios inapropiados (con elevado consumo de alcohol, cafeína, chocolate, grasa animal, frituras y condimentos), la baja ingesta de agua, el sedentarismo y la falta de práctica de ejercicios físicos, trastornos a nivel circulatorio (várices), el tabaquismo, el abuso de medicamentos, entre otras, son las principales causas de celulitis ya que interfieren en alguna medida en el transporte y la eliminación de sustancias tóxicas del organismo y en la oxigenación normal de los tejidos.

Tipos y localización de la celulitis
Aunque en general los signos de la celulitis son muy característicos, los rasgos del tejido que afecta y el sitio donde se localiza, hacen que tenga conformaciones diferentes.
Los especialistas han clasificado de diferentes maneras a esta enfermedad. Así, según su ubicación, se habla de:

  1. Celulitis generalizada: es muy difícil de tratar. El daño del tejido conjuntivo se produce a nivel de casi todo el cuerpo. Afecta principalmente a mujeres obesas y se manifiesta ya durante la pubertad. El trastorno se agrava con problemas circulatorios de los miembros inferiores, con malos hábitos alimenticios y con los embarazos. Al progresar la obesidad y sin un tratamiento adecuado, se desencadenan problemas articulares.
  2. Celulitis localizada: aparece principalmente en las caras interna y posterior de la parte superior de los muslos, en la cara interna de las rodillas, en los tobillos, en los glúteos, en la parte superior de los brazos, en la zona de los hombros, en la espalda y en el abdomen. Se puede manifestar con dolor de distinta intensidad.

Como mencionáramos, de acuerdo al tipo de tejido que ataca, se puede clasificar en:

  1. Celulitis dura: en general se da en personas con peso ligeramente superior al normal, en mujeres de peso medio o un poco por debajo del normal (por ejemplo, deportistas y bailarinas) en quienes los tejidos están bien tonificados por lo que la afección es muy localizada. En este tipo de celulitis, la región afectada tiene consistencia compacta, con la piel engrosada en forma homogénea. Es frecuente la aparición de grietas o estrías rojizas o blancas, debido a la ruptura de fibras de la piel por la distensión de los tejidos.
  2. Celulitis fláccida: afecta particularmente a mujeres de hábitos sedentarios. Es común además en quienes sufren bruscos cambios de peso (aumento o disminución, alternativamente), por lo general debidos a regímenes para adelgazar muy estrictos. Los músculos tienen escasa tonicidad y los tejidos blandos se deforman fácilmente. Se producen edemas y retención de líquidos frecuentes. Las mujeres que padecen este tipo de celulitis, a menudo presentan síntomas de fatiga, mareos e hipotensión, dificultades para dormir y debilidad generalizada.
  3. Celulitis edematosa: se presenta precozmente en adolescentes y jóvenes. Afecta principalmente como un agrandamiento uniforme de los miembros inferiores. Es característico el aspecto de cáscara de naranja, lo que permite diagnosticar en forma temprana la enfermedad. Este tipo de celulitis suele ser grave, ya que produce consecuencias de cuidado como trastornos dolor y trastornos ambulatorios que, si no son tratados correctamente, pueden llevar a la incapacidad total para caminar en mujeres menopáusicas.
  4. Celulitis mixta: algunas mujeres pueden verse afectadas por los diferentes tipos de celulitis en distintas regiones del cuerpo.

Cómo detectar y establecer el grado con que la celulitis afecta a cada mujer, así como los tratamientos y medidas coadyuvantes que colaboren en la prevención de este trastorno, serán considerados en una próxima nota.

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