El cristalino es una parte del ojo humano con forma de lente biconvexa y transparente que nos permite enfocar correctamente los objetos. Se sitúa detrás del iris y por delante del humor vítreo. Está sujeto al globo ocular y al músculo ciliar por unos ligamentos que al contraerse y estirarse hacen que el cristalino sea más o menos convexo, variando con ello el enfoque de los objetos.
Con la edad estos ligamentos pierden elasticidad y no se contraen lo suficiente para abombar el cristalino, perdiendo el ojo irreversiblemente su capacidad para enfocar objetos cercanos, lo que se denomina presbicia.
Esta dificultad para enfocar afecta a individuos mayores de 40 ó 50 años y ocasiona incapacidad progresiva para leer de cerca, a veces puede ser causa de dolor de cabeza, enrojecimiento ocular y mareos.
Hay trabajos que refieren mejoría o enlentecimiento de este proceso con fitoterapia (arándano, equiseto, manzanilla, eufrasia, ortiga, …) con dieta o complementos alimenticios ricos en vitamina A (zanahoria, hojas verdes como las de las espinacas y acelgas, etc.).
Se trata con lentes, que suplen las deficiencias del cristalino, previa valoración por un optometrista. Pueden ser gafas convencionales, bifocales o progresivas o lentes de contacto multifocales. No parece que retraso en el inicio del uso de gafas enlentezca la progresión de la presbicia. Es preciso emplear una corrección óptica adecuada, para evitar a los ojos esfuerzos innecesarios, y realizarse revisiones periódicas cada dos o tres años.
En algunos casos y previa valoración oftalmológica en función de la edad graduación previa o la presencia de catarata; existe la posibilidad de corrección quirúrgica de la presbicia con la implantación de lentes intraoculares o con métodos extraoculares expandiendo la esclera con prótesis o con láser. Estas técnicas cada vez parecen mas eficaces y con menores efectos adversos en lo referente al compromiso para la visión lejana.
Fuente: teinteresa.es
Con la edad estos ligamentos pierden elasticidad y no se contraen lo suficiente para abombar el cristalino, perdiendo el ojo irreversiblemente su capacidad para enfocar objetos cercanos, lo que se denomina presbicia.
Esta dificultad para enfocar afecta a individuos mayores de 40 ó 50 años y ocasiona incapacidad progresiva para leer de cerca, a veces puede ser causa de dolor de cabeza, enrojecimiento ocular y mareos.
Hay trabajos que refieren mejoría o enlentecimiento de este proceso con fitoterapia (arándano, equiseto, manzanilla, eufrasia, ortiga, …) con dieta o complementos alimenticios ricos en vitamina A (zanahoria, hojas verdes como las de las espinacas y acelgas, etc.).
Se trata con lentes, que suplen las deficiencias del cristalino, previa valoración por un optometrista. Pueden ser gafas convencionales, bifocales o progresivas o lentes de contacto multifocales. No parece que retraso en el inicio del uso de gafas enlentezca la progresión de la presbicia. Es preciso emplear una corrección óptica adecuada, para evitar a los ojos esfuerzos innecesarios, y realizarse revisiones periódicas cada dos o tres años.
En algunos casos y previa valoración oftalmológica en función de la edad graduación previa o la presencia de catarata; existe la posibilidad de corrección quirúrgica de la presbicia con la implantación de lentes intraoculares o con métodos extraoculares expandiendo la esclera con prótesis o con láser. Estas técnicas cada vez parecen mas eficaces y con menores efectos adversos en lo referente al compromiso para la visión lejana.
Fuente: teinteresa.es
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