- Cada día, más médicos en el mundo optan por usar gas de la risa a la hora del parto, para que la experiencia no se convierta en un recuerdo desagradable e influya negativamente a la hora de elegir volver a ser mamá.
Se trata del óxido nitroso (N2O), mejor conocido como ‘gas de la risa’, una especie de analgésico en forma de gas con efectos a corto plazo que ofrece un método intermedio entre la anestesia con epidural y el parto natural.
Hasta ahora, las futuras mamás, para evitar el dolor del parto, tenían que usar la anestesia epidural, un método muy extendido, pero que puede ocasionar efectos secundarios como la disminución de la presión arterial y de la movilidad de la madre para participar activamente en el proceso de parto, además de dejar anestesiada durante varias horas la zona desde la cintura hacia abajo.
Por el contrario, el gas de la risa tiene la ventaja de mantener consciente y alerta a la madre, mientras la relaja y tranquiliza, y puede ser administrado por la misma parturienta en el momento que siente dolor, mediante un aparato. El efecto desaparece cada 30 segundos, sin generar efectos secundarios importantes para la mamá o el bebé. Las reacciones adversas no suelen ser más que náuseas, somnolencia y mareos.
Estas cualidades han hecho que hasta un 60 % de las mujeres del Reino Unido, Canadá, Australia y Escandinavia elijan el gas de la risa para su parto. Al parecer, la cifra va a aumentar rápidamente no solo por su seguridad, sino también por el precio asequible que tiene; mientras el uso de epidural cuesta entre 250 y 1000 dólares, el Óxido nitroso solo tiene un coste de alrededor de 15 dólares.
Descubierto en 1771, el gas de la risa fue aplicado por primera vez para el trabajo de parto en 1881 (bajo la fórmula de 50 % de óxido nitroso y 50 % de oxígeno), por ser insoluble en la sangre y otros tejidos, además de presentar una pronta recuperación después de su suministro.
Hasta ahora, las futuras mamás, para evitar el dolor del parto, tenían que usar la anestesia epidural, un método muy extendido, pero que puede ocasionar efectos secundarios como la disminución de la presión arterial y de la movilidad de la madre para participar activamente en el proceso de parto, además de dejar anestesiada durante varias horas la zona desde la cintura hacia abajo.
Por el contrario, el gas de la risa tiene la ventaja de mantener consciente y alerta a la madre, mientras la relaja y tranquiliza, y puede ser administrado por la misma parturienta en el momento que siente dolor, mediante un aparato. El efecto desaparece cada 30 segundos, sin generar efectos secundarios importantes para la mamá o el bebé. Las reacciones adversas no suelen ser más que náuseas, somnolencia y mareos.
Estas cualidades han hecho que hasta un 60 % de las mujeres del Reino Unido, Canadá, Australia y Escandinavia elijan el gas de la risa para su parto. Al parecer, la cifra va a aumentar rápidamente no solo por su seguridad, sino también por el precio asequible que tiene; mientras el uso de epidural cuesta entre 250 y 1000 dólares, el Óxido nitroso solo tiene un coste de alrededor de 15 dólares.
Descubierto en 1771, el gas de la risa fue aplicado por primera vez para el trabajo de parto en 1881 (bajo la fórmula de 50 % de óxido nitroso y 50 % de oxígeno), por ser insoluble en la sangre y otros tejidos, además de presentar una pronta recuperación después de su suministro.
Fuente: hispan TV
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