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La dieta occidental perjudica la salud y el medio ambiente

La extensión de los hábitos alimenticios occidentales, ricos en grasas y calorías, es perjudicial para el medio ambiente y la salud, y favorece la incidencia de enfermedades como la diabetes tipo 2, según un estudio que publica hoy "Nature". 
"El gran desafío ante el que nos encontramos es cómo convencer a 7.000 millones de personas para que cambien sus hábitos alimenticios", dijo a Efe David Tilman, profesor de Ecología de la Universidad de Minesota (Estados Unidos) y uno de los autores de la investigación. 

El gran reto es convencer a 7.000 millones de personas de que cambien La dieta occidental es rica principalmente en azúcares, grasas animales, almidones refinados, carbohidratos y carnes, ingredientes "malos" para la salud que incrementan el desarrollo de algunas enfermedades. 

El aumento en la incidencia de la diabetes tipo 2, las patologías coronarias del corazón y otras enfermedades crónicas son algunas de las consecuencias de esos hábitos alimenticios. 

Además, tienen impacto negativo sobre el medio ambiente ya que "producir carnes es especialmente dañino debido a las grandes emisiones de gases causantes del efecto invernadero que generan estos animales", explicó Tilman. 

Aumentará el 80% de la emisión de gases Si las personas continúan con esta dieta, se estima que en el año 2050 se incrementará un 80% la emisión de gases que causan el efecto invernadero y podría ser necesaria la desinfección de mil millones de hectáreas destinadas a la agricultura. 

La solución, según Tilman, es adoptar una dieta más saludable, "cambios que requerirán de educación pública y el desarrollo comercial de nuevos alimentos más saludables y mejores para el medio ambiente". 

Como opciones alternativas que propone el experto figuran la dieta mediterránea, las vegetarianas y las ricas en pescado. La dificultad de cambiar los hábitos alimenticios de las personas radica en que comer es algo instintivo, cultural y que se relaciona en cierto modo con "los gustos y las experiencias del pasado más que con la lógica, por lo que es difícil que la gente cambie qué come y cuándo come", admitió Tilman.

EFE

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