Para prevenir el cáncer de piel, la cartera sanitaria recomienda no exponerse innecesariamente al sol entre las 10:00 y las 16:00 hs especialmente entre los meses de setiembre y abril. Advierten que debido a los daños existentes en la capa de ozono, la exposición indiscriminada a la radiación solar, ya sea por motivos laborales o estéticos puede generar diversos problemas cutáneos, tales como manchas, arrugas, cambios en el tamaño y color de los lunares y en el peor de los casos, aparición de tumores malignos. Las quemaduras solares, sobre todo durante la infancia y la adolescencia son muy peligrosas y aumentan la probabilidad de padecer cáncer de piel en la edad adulta.
El carcinoma Basocelular y el carcinoma Espinocelular son más frecuentes que el Melanoma maligno, sin embargo este último se asocia tradicionalmente con una mayor mortalidad. El Carcinoma Basocelular es el tumor maligno más frecuente. Es de crecimiento lento, localmente maligno. Sin embargo, el carcinoma Espinocelular es un tumor con tendencia invasora y destructiva, con potencial de dar metástasis.
Para evitar estos problemas, Salud Pública insta a la población a protegerse con sombreros de ala ancha, ropa clara de mangas largas y lentes oscuros; utilizar correctamente los filtros solares, aplicarlos minutos antes de sumergirse en piscinas y varias veces al día; realizar controles médicos periódicos de piel y ojos y educar a los niños para que éstos incorporen las medidas de protección a sus hábitos de vida. Una manera de evaluar la intensidad de los rayos solares es a través de la sombra que produce la persona: si tu sombra es corta, lo correcto es reducir la exposición solar y buscar la sombra; si tu sombra es larga, se puede tomar sol con protección.
Los Rayos UV (Ultra Violeta) son energías solares en forma de radiación electromagnética, que llegan a la tierra. Los beneficios de estos rayos consisten en que las dosis moderadas favorecen la formación de la vitamina D, que previene el raquitismo en los niños (las madres deben consultar con los pediatras en torno a la forma de aprovechar los efectos benéficos del sol en sus niños). Entre los efectos dañinos se cuentan el hecho de que aumentan el riesgo de provocar cáncer de piel, cataratas precoces y otras enfermedades; incrementan el riesgo de envejecimiento prematuro de la piel; debilitan, especialmente en los niños, la capacidad de autodefensa del organismo ante las enfermedades en general. Está comprobado que las sobre exposiciones solares en la infancia, en tiempo e intensidad, elevan la posibilidad de padecer cáncer cutáneo en la edad adulta. Los niños menores de seis meses tienen una piel muy fina, por eso no deben estar expuestos al sol.
Fuente: www.mspbs.gov.py
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