El sistema inmunitario es una parte vital de nuestras defensas contra los patógenos, pero también puede atacar a componentes legítimos y beneficiosos del propio cuerpo, dando como resultado una enfermedad autoinmune.
En los experimentos realizados con ratones por el equipo del Dr. Erhard Bieberich, neurocientífico de la GRU (Georgia Regents University), en Augusta, Estados Unidos, se han obtenido evidencias de un incremento, que depende de la edad, en los anticuerpos contra la ceramida, lo que sugiere una implicación de la autoinmunidad contra esta en la patología de la enfermedad de Alzheimer. La ceramida, de la que hay varios tipos, es un lípido muy común en el cuerpo humano y desempeña diversas funciones útiles.
Otro caso de enfermedad de la que ahora se ha corroborado que cuenta con un componente autoinmune es el de la narcolepsia, un trastorno caracterizado por períodos incontrolables de sueño profundo y otros trastornos del sueño, que se estima afecta a unos tres millones de personas en el mundo. En un estudio reciente, realizado por el equipo de Yehuda Shoenfeld, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, y María-Teresa Arango, de Universidad del Rosario en Bogotá, Colombia, se ha descubierto que un proceso autoinmune ejerce un papel importante en la activación de ese trastorno neurológico.
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