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La dieta mediterránea con aceite de olivo o nueces podría mejorar la memoria y el pensamiento

Añadir más aceite de oliva o nueces a una dieta mediterránea (que es rica en frutas, verduras, granos enteros y pescado, y baja en carne roja), podría ayudar a que el cerebro se mantenga alerta conforme avanza la edad, según un nuevo estudio.
Un grupo de investigadores españoles descubrieron que los adultos mayores que siguen este tipo de dieta tuvieron mayores mejoras en el pensamiento y la memoria que las personas que sólo siguieron una dieta baja en grasas.

“Se puede retrasar la aparición del deterioro mental relacionado con la edad al seguir una dieta balanceada rica en comidas con un alto nivel de antioxidantes, como el aceite de oliva y las nueces”, dijo el investigador que encabezó el estudio, el doctor Emilio Ros, director de la Sección de Lípidos en el Servicio de Nutrición y Dietética del Hospital Clínico y Provincial de Barcelona.

“Dado que la edad promedio de los pacientes era de 67 años cuando empezó el estudio, se podría decir que nunca es demasiado tarde para cambiar a una dieta que mantenga o incluso mejore las agilidad mental”, dijo.

El reporte se publicó en línea el 11 de mayo en la revista JAMA Internal Medicine.
El doctor Sam Gandy, director del Centro para Salud Cognitiva en el Hospital Mount Sinai en Nueva York, dio que “los efectos que tiene en el cerebro y el corazón el comer menos res y más pollo, pescado, frutas y verduras se ha validado al grado que yo le recomiendo la dieta mediterránea a todos mis pacientes”.

Tanto el aceite de oliva como las nueces se han asociado con beneficios mentales en otros estudios, añadió. “Así que estos resultados son, más que una sorpresa, un recordatorio de que hay más en la dieta mediterránea que carne, frutas y verduras, y señalar que vale la pena hacer recomendaciones específicas como el aceite de oliva y las nueces”, dijo Gandy.

Para el estudio, Ros y sus colegas recopilaron datos de casi 450 adultos mayores con una edad promedio de 67 años entre los años 2003 y 2009. Todos los participantes tenían un alto riesgo de presentar cardiopatías, pero no habían reportado problemas de memoria o agilidad mental.

A los participantes se les asignó al azar aumentar un litro (33 onzas) de aceite de oliva extra virgen por semana a la dieta mediterránea, o suplementarla con 30 gramos (poco más de 1 onza) diarios de una mezcla de nueces, avellanas y almendras. Los otros pacientes siguieron una dieta reducida en grasas.

Los cambios cognitivos se fueron evaluando con una serie de pruebas de memoria, atención, y razonamiento. Los científicos tenían información completa para casi 350 pacientes quienes siguieron las dietas por cuatro años en promedio.

El estudio mostró que los científicos vieron mejoras en las pruebas de memoria y razonamiento en los dos grupos que siguieron la dieta mediterránea, comparados con los pacientes de la dieta reducida en grasas.

Samantha Heller, nutrióloga clínica principal en el Centro Médico de la Universidad de Nueva York, explicó que “las grasas saludables que contienen alimentos como el aceite de oliva o las nueces son cruciales para el funcionamiento y la salud del cerebro”.

¿Pero por qué serviría una dieta mediterránea que incluya más aceite de oliva y nueces? Podría ser que estos alimentos protegen a las neuronas, sugirió Heller, quien no participó en el estudio.

Cada una de las neuronas del cerebro está rodeada por una capa delgadísima de grasa y proteína llamada vaina de mielina, explicó. La vaina de mielina protege la estructura nerviosa y ayuda a la interacción celular. El cerebro utiliza las grasas de los alimentos para construir y reparar esta vaina de mielina. Mientras más sanas sean las grasas que consumimos, más saludable será el cerebro, dijo Heller.

Heller indicó que el ácido oleico es una de las grasas más comunes en la vaina de mielina. “El aceite de oliva, las almendras, las nueces, las nueces de macadamia, el maní y los aguacates son todas buenas fuentes de esta grasa. Los ácidos grasos Omega-3 también son importantes para la salud cerebral y se encuentran en pescados, avellanas y productos de soya. Se ha demostrado que estas grasas saludables mejoran las funciones cognitivas y la salud del cerebro, además de reducir el riesgo de presentar mal Alzheimer”, dijo.

Heller sugirió implementar cambios en la dieta como cocinar con aceite de oliva en lugar de mantequilla, comer almendras en lugar de papas fritas, y sustituir carne por vegetales al preparar una pasta.

FUENTES: Emilio Ros, M.D., PhD, director, Sección de Lípidos en el Servicio de Nutrición y Dietética, Hospital Clínico y Provincial, Barcelona, España; Sam Gandy, M.D., PhD, director, Centro para Salud Cognitiva en el Hospital Monte Sinaí, Nueva York; Samantha Heller, M.S., R.D., nutrióloga clínica principal, Centro Médico de la Universidad de Nueva York, Nueva York; JAMA Internal Medicine, 11 de mayo

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