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Los Cereales y el Corazón

Estamos acostumbrados a leer noticias y artículos de diversas referencias donde se establece la relación de riesgo o beneficio entre la nutrición y las afecciones cardiovasculares, en función del contenido y del tipo de grasas que ingerimos habitualmente.

Muy recientemente se publicaron hallazgos relacionados con el consumo de cereales en un estudio especial llevado a cabo en los EE.UU. Se trata del Estudio de la Salud de los Médicos, en el que se tomaron a 10.469 profesionales de la salud que consumían habitualmente cereales. En esta población médica se pudo determinar que los que consumían 2 a 6 porciones diarias de cereales integrales con el desayuno, presentaron una disminución del riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca del 22%, en comparación con los que no lo hacían.
El estudio se presentó en la 47ª Conferencia Anual de Prevención y Epidemiología de las Enfermedades cardiovasculares, auspiciada por la American Heart Association, y revalidó los nuevos conceptos acerca del consumo de ese tipo de alimentos.

Los cereales integrales en la protección cardiaca

Habitualmente, el consumo de cereales integrales en el desayuno es una recomendación dentro de los planes de alimentación pueril. En la actualidad, ese consejo se aplica también a los adultos. El uso o agregado de cereales integrales a diversas preparaciones o productos alimentarios resulta aun más atractivo que el de “fibra” en general, que es visto por muchas personas como el añadido de un suplemento artificial a su dieta.

Es conveniente recordar, que la insuficiencia cardíaca, es decir, la situación que sobreviene cuando la función de bombeo de sangre se encuentra deprimido, afecta en la actualidad a aproximadamente 14 millones de personas en Europa, y las proyecciones para el año 2020 hablan de alrededor de 30 millones de afectados.

Teniendo en cuenta la importancia epidemiológica de esta afección, considerar el empleo de cereales integrales, ya sea en forma de copos o cereales o de productos panificados (pan, galletitas), constituye una medida preventiva fácil de adoptar.
Se debe tener en cuenta, además, que el poder de saciedad que tienen los cereales integrales es mucho mayor que el de los cereales refinados. De este modo no sólo la dieta es más sana, por las virtudes de los cereales integrales, sino que al disminuir la ingesta se reduce el consumo global de carbohidratos, de grasas y de calorías en general.

Los expertos que presentaron este trabajo, sostienen que esta práctica alimentaria podría colaborar de manera notoria en el control de la presión arterial y de las elevaciones del colesterol sanguíneo, lo cual no sólo serviría para prevenir afecciones cardiacas sino también ciertos tipos de cáncer, relacionados con el consumo elevado de grasa, calorías y productos refinados.

Tenga en cuenta estos consejos y trate de incorporar estos alimentos en su menú diario.