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Dormir mal puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia

Las horas de sueño son fundamentales en nuestra vida, principalmente para la salud. Por eso siempre se recomienda dormir un número determinado de horas diarias, para estar activos, despiertos, pero además para ello necesitamos hacerlo bien y así, evitaremos muchos riesgos que podría sufrir nuestro cerebro.
Dormir bien es la guinda a un estilo de vida saludable. Dormir, y dormir bien, es básico para nuestra salud. La falta de sueño, por ejemplo, acelera el envejecimiento del cerebro. De hecho, según un estudio que publica Neurology, revista de la Academia Americana de Neurología, las personas que tienen apnea del sueño o pasan menos tiempo en un sueño profundo pueden ser más propensas a sufrir cambios en el cerebro que están asociados con la demencia.

El estudio encontró que las personas que no cuentan con la mayor cantidad de oxígeno en la sangre durante el sueño, algo que ocurre en la apnea y condiciones como el enfisema del sueño, son más propensas a padecer pequeñas anomalías en el tejido cerebral, llamados microinfartos, que los individuos con niveles más altos de oxígeno en la sangre. Estas anomalías se asocian con el desarrollo de la demencia.

Además, las personas que pasan menos tiempo en sueño profundo, llamado sueño de ondas lentas, tieden más a sufrir pérdida de células cerebrales que quienes pasan más tiempo en un sueño de ondas lentas. El sueño de onda lenta es importante en el procesamiento de nuevos recuerdos y recordar hechos y la gente tiende a pasar menos tiempo en el sueño de ondas lentas a medida que envejece. La pérdida de las células del cerebro también está relacionada con el alzhéimer y la demencia.

Para este estudio se realizaron pruebas de sueño a 167 hombres en su hogar cuando tenían una media de 84 años y se les siguió hasta que murieron en un promedio de seis años más tarde. Se realizaron autopsias de sus cerebros para buscar microinfartos, pérdida de células cerebrales, placas y ovillos asociados con el Mal de Alzheimer.

Los investigadores dividieron a los participantes en cuatro grupos, cada uno con entre 41 y 42 miembros, en función del porcentaje del tiempo transcurrido con niveles de oxígeno en sangre más bajos de lo normal durante el sueño, con el grupo más bajo que pasó el 13% del tiempo o menos con bajos niveles de oxígeno y el más alto que estuvo entre el 72 y el 99% de la noche con bajos niveles de oxígeno.

De los 41 hombres en el grupo más bajo, cuatro presentaban microinfartos en el cerebro, mientras que 14 de los 42 hombres en el grupo más alto poseían anormalidades, lo que hace que tengan casi cuatro veces más probabilidades de sufrir daño cerebral.

Estudios anteriores también han mostrado una relación entre las fases de sueño y demencia. Para este trabajo, los participantes se dividieron de nuevo en cuatro grupos en función del porcentaje de la noche que estuvieron en el sueño de onda lenta. De los 37 hombres que pasaron menos tiempo en el sueño de ondas lentas, 17 tenían pérdida de células cerebrales, en comparación con siete de los 38 hombres que estuvieron la mayor parte del tiempo en el sueño de ondas lentas.

"Estos hallazgos sugieren que los niveles de oxígeno en sangre bajos y un sueño de ondas lentas reducido pueden contribuir a los procesos que conducen a deterioro cognitivo y demencia", resume la autora de la investigación, Rebecca P. Gelber, del VA Pacific Islands Health Care System y del Pacific Health Research and Education Institute (Estados Unidos).

Fuente: ideal.es

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