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Anorexia: trastorno cada vez mas comun.

Esta dificultad en su diagnóstico hace que los médicos se basen en determinados criterios. En el caso de la anorexia nerviosa son: pérdida de peso superior o igual al 15% del peso ideal, miedo intenso al peso, alteraciones en la imagen corporal y un mínimo de tres meses sin regla (amenorrea). La pérdida de peso generalmente supone serias alteraciones nutricionales. Al peso perdido, cuando se trata de un adolescente en edad de crecimiento, además, hay que añadirle el peso no ganado durante el tiempo que se realiza la dieta restrictiva.
En cuanto al miedo al peso, se trata de una fobia que se agrava a medida que se pierden kilos. Las alteraciones de la imagen corporal también se agravan con la pérdida de peso. Se trastorna la percepción del propio cuerpo y, a pesar de la delgadez, los pacientes se ven gordos y no tienen, en ningún momento, consciencia de padecer una enfermedad. La amenorrea o falta de regla es el resultado de los cambios neurohormonales secundarios a la malnutrición. Pueden aparecer diferentes síntomas como piel manchada amarillenta, aparición de vello fino en la zona lumbar, perdida de masa muscular y del tejido graso y presión arterial baja, entre otros.

Hay dos tipos de anorexia nerviosa. En la anorexia restrictiva, la pérdida de peso es por no comer y, a menudo, se acompaña de ejercicio físico intenso. En la anorexia purgativa, además, el afectado vomita, toma laxantes, diuréticos o fármacos para adelgazar y la ausencia de alimentación se puede combinar con atracones.

CONDUCTAS ANORÉXICAS
Existen algunas conductas que pueden poner sobre aviso de que nos encontramos ante una anorexia.

Entre ellas se encuentran:
Cambios en las costumbres relacionadas con la comida.
Seguir dietas muy restrictivas a menudo.
Reducir la cantidad de comida.
Saltarse las comidas.
Evitar tomar determinados alimentos (pasteles, chucherías).
Culto a los productos "light" o de dietética.
Usar diuréticos y laxantes.
Ejercicio físico para perder peso.
Vomitar.
Atracones las últimas semanas.
Preocupación excesiva del cuerpo o la figura.
Pesarse a menudo.
Interés exagerado por la publicidad sobre productos para adelgazar.

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