Los especialistas definen a la constipación como la presencia de menos de tres deposiciones semanales, aunque aseguran que los pacientes pueden manifestarla en forma independiente de la cantidad de movimientos intestinales. Es más frecuente en mujeres y en la población de mayor edad.
La modalidad crónica incluye los casos con tránsito intestinal normal o lento, los trastornos en la percepción visceral (con dolor gastrointestinal de gravedad) o una combinación entre ambos.
Cuando una persona se acerca a un especialista para realizar una consulta al respecto, lo primero que hace el profesional es determinar si la situación está o no relacionada con causas secundarias o biológicas.
Descartado este punto, el tratamiento se orienta al cambio del estilo de vida. Por lo general, aquellas personas que sufren de constipación crónica desarrollan procesos de angustia emocional, debido al nivel en que se ve afectado el desarrollo de sus actividades cotidianas.
La cura incluye días perdidos por actividad restringida, reposo o internación, y afecta la calidad de vida en los aspectos físico y social.
El dolor corporal atenta contra la salud general y la vitalidad.
Además, se vincula con ciertas complicaciones físicas como impacto intestinal, fisuras, hemorroides, vólvulo, obstrucción intestinal, úlceras rectales, filtración fecal y perforación intestinal.
Las modificaciones recomendadas en el estilo de vida incluyen cambios en la alimentación, la realización de ejercicio físico y la dedicación de una cierta cantidad de tiempo para la evacuación intestinal.
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