NUEVA YORK ( The New York Times ).-
Vivir más de 90 años, y vivir bien, no se debería solamente a tener buenos genes y buena suerte. Cinco comportamientos observados en hombres mayores están asociados no sólo con llegar a una vejez extrema, según descubrió un nuevo estudio, sino también con una buena salud y un funcionamiento independiente. Estos comportamientos son abstenerse de fumar, controlar el peso y la presión sanguínea, ejercitarse regularmente y evitar la diabetes.
El estudio muestra que todos ellos están significativamente relacionados con la supervivencia saludable más allá de los 90 años.
Aunque no sorprende que elecciones tales como no fumar estén asociados con una vida más larga, es significativo que estos comportamientos en los años de la madurez precoz -todos ellos modificables- permitan predecir tan fuertemente la supervivencia hasta la vejez extrema.
"El mensaje -dijo el doctor Laurel B. Yates, geriatra del Brigham and Women s Hospital, de Boston, autor principal del estudio- es que un individuo tiene algún control sobre su destino en relación con lo que puede hacer para mejorar la probabilidad no sólo de vivir una larga vida, sino también con buena salud y un buen funcionamiento en los días de la vejez.
" El estudio siguió a más de 2300 hombres saludables durante un cuarto de siglo. Cuando comenzó, en 1981, el promedio de edad de los sujetos estudiados era de 72 años. Los hombres respondieron a cuestionarios anuales acerca de cambios en su salud y estilo de vida, y los investigadores les tomaban pruebas de sus funciones físicas y mentales.
Al final del estudio, publicado en la revista Archives of Internal Medicine , 970 hombres habían llegado a los 90 años. No había menos enfermedades crónicas entre los sobrevivientes que entre aquellos que murieron antes de los 90.
Pero después de controlar las variables, los fumadores habían tenido el doble de riesgo de muerte antes de los 90 comparados con los no fumadores; los que tenían diabetes habían incrementado su riesgo de muerte en un 86%; los obesos, en un 44%, y los que tenían hipertensión, en un 28%.
Comparados con hombres que nunca hacían actividad física, los que se ejercitaban habían reducido su riesgo de muerte en un 20 a 30%, dependiendo de la frecuencia y el vigor con que lo hacían.
Un segundo estudio también publicado en la misma revista sugiere que algunos de los más añosos sobreviven no porque eviten enfermarse, sino porque viven bien a pesar de la enfermedad.
El estudio, del que participaron 523 mujeres y 217 hombres de entre 97 y 119 años de edad, mostró que una gran proporción de aquellos que vivieron tantos años sin asistencia o con asistencia mínima lo hizo aun padeciendo enfermedades crónicas durante muchos años.
En otras palabras, en vez de demorar la enfermedad, demoraron la discapacidad. Dellara Terry, autora principal de este estudio, dijo que sus resultados muestran que la edad avanzada y las enfermedades crónicas no son una razón para dejar de brindar tratamiento.
....."Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder." Mateo 5:14
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