
"La depresión y la ansiedad son condiciones mentales graves y sin tratamiento pueden volverse crónicas", dijo a Reuters Health la doctora Tara W. Strine, quien dirigió el estudio.
"Por ello, es importante tomar seriamente a la depresión y a la ansiedad y buscar asistencia médica cuando es necesario", agregó la experta.
El equipo de Strine, de la división de salud adulta y comunitaria de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta, analizó los datos de 217.379 adultos estadounidense que participaron de un estudio que controlaba la prevalencia de conductas de salud claves.
Entre las personas encuestadas, el 8,7 por ciento informó tener depresión, el 15,7 por ciento poseía antecedentes depresivos y el 11,3 por ciento dijo que había padecido ansiedad en algún momento, escribieron los investigadores en la revista General Hospital Psychiatry.
Los resultados mostraron que los adultos con depresión actual o diagnóstico previo de la enfermedad eran un 60 por ciento más propensos a ser obesos y dos veces más proclives a fumar que las personas sin depresión.
Aquellos participantes que presentaban desorden de la ansiedad eran un 30 por ciento más propensos a tener obesidad y y dos veces más a fumar que quienes no tenían trastornos de ansiedad.
En tanto, las personas con depresión y ansiedad eran también más proclives a llevar un estilo de vida inactivo y a ser consumidores compulsivos de comida o alcohol.
Strine manifestó que los resultados indican que existiría un vínculo entre "la depresión severa y la prevalencia de tabaquismo, obesidad e inactividad física".
Las importantes asociaciones que se hallaron entre los problemas de salud mental, las conductas poco saludables y la obesidad sugieren que deberían realizarse intervenciones de salud pública sobre estos problemas, concluyó el equipo.
FUENTE: General Hospital Psychiatry, marzo/abril del 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario