Aviso sobre el Uso de cookies: Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del lector y ofrecer contenidos de interés. Si continúa navegando entendemos que usted acepta nuestra política de cookies. Basado en la politica de Google Adsense. PUEDE LEERLO EN EL ENLACE A CONTINUACIÓN

Algunas referencias sobre Salud Mental

Las preocupaciones que pueden generar las afecciones mentales en allegados y familiares, muchas veces nos hacen perder de vista de que, así como existen enfermedades mentales, existe la salud mental. El concepto de salud mental resulta algo más difuso del que solemos tener respecto al de salud física, de modo que resulta conveniente delimitar sus alcances.

La salud y la enfermedad de la mente

En términos generales, podríamos considerar a la esfera mental como el modo en el que pensamos, actuamos y sentimos respecto a lo que nos sucede en la vida. Abarca, por lo tanto, aspectos relacionados con el manejo de situaciones de estrés –cotidiano o no–, la vinculación con otras personas y las decisiones que pueden cambiar el rumbo de nuestra vida y la de los demás. Como puede comprenderse, al igual que la salud física, el equilibrio saludable de la esfera mental es imprescindible en todas las etapas de la vida, y en cada una de ellas también puede verse afectado.

Es frecuente confundir estados anímicos negativos (ansiedad, preocupación, tristeza) con lo que constituye una afección mental que requiere tratamiento específico. En esos casos, los sentimientos mencionados persisten en el tiempo, complican el desarrollo de las actividades cotidianas y pueden alterar de manera significativa la calidad de vida.

Las enfermedades mentales son más frecuentes de lo que suele pensarse. Afortunadamente, en muchos casos se trata sólo de trastornos leves o moderados que pueden ser adecuadamente controlados, siempre y cuando se efectúe el diagnóstico preciso y se sigan los pasos terapéuticos indicados por el especialista, a quien debe consultarse sin prejuicios ni demoras.

Las enfermedades mentales, que siempre estuvieron rodeadas de misterio y de temor, muchas veces obedecen a causas no totalmente precisadas. Esta circunstancia motiva la realización de activas investigaciones tendientes a aclarar este punto, a la vez de obtener respuestas a ciertas dificultades terapéuticas, en las cuales se han hecho avances significativos. En términos generales, y como sucede con las enfermedades denominadas “físicas” pueden reconocerse factores congénitos o hereditarios, y factores socio- ambientales, que condicionan la expresión de ciertas tendencias genéticas.

Un concepto a menudo erróneo es considerar que las personas con enfermedades mentales son violentas u ocasionan actos de violencia. En términos generales, los enfermos mentales suelen ser más a menudo víctimas de violencia que perpetradores y, en todos los casos, tienden más a hacerse daño a sí mismos que a los demás.

El diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales

Como fuera mencionado, el primer paso del tratamiento es el diagnóstico, no sólo de la enfermedad mental propiamente dicha, sino de otras circunstancias clínicas que pueden estar presentes en un determinado individuo, las cuales pueden influir negativamente sobre la evolución de los desequilibrios mentales.
Por este motivo, se efectúa un examen físico completo y, a partir de allí se planifica un tratamiento integral. Este tipo de tratamiento incluye no sólo las medidas farmacológicas pertinentes sino también una serie de consideraciones respecto al manejo familiar, laboral y social.En este sentido, el foco de mayor atención se pone en la familia de la persona afectada, que tiene un protagonismo muy importante.

No hay comentarios: