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Los dolores que deben tenerse en cuenta

Ante este título alguien podría decir: ”-¿Es que acaso un dolor puede ignorarse?”. En realidad, desde el punto de vista estricto un dolor no pasa inadvertido para nadie, pero en algunas ocasiones la llegada o aparición de un cuadro doloroso no nos sorprende. Por ejemplo, si nos caímos en la vereda y en la noche nuestras rodillas duelen, todos sabremos a qué motivo atribuirlo y generalmente todo se soluciona con un poco de hielo y algún antiinflamatorio. Otro tanto si hemos comido y bebido más de la cuenta y al día siguiente, los intestinos “se quejan”.

Nos referimos a aquellas situaciones en las que ninguna excusa, temor o prevención debe demorar la consulta médica. A modo didáctico, podemos considerar básicamente 7 tipos de situaciones como las que se describen a continuación.

Dolor torácico, mandibular, de hombro o de brazo izquierdo
El dolor torácico (El preocupante dolor de pecho) podría tratarse de un cuadro de neumonía o una crisis cardíaca. Si bien es conveniente hacer la consulta cuando aparecen molestias en esta zona, el dolor típico de un proceso cardíaco se localiza fundamentalmente en el centro del tórax y se percibe como una sensación de opresión, como si algo muy pesado hubiera sido depositado sobre el pecho. Tenga en cuenta que algunos cuadros de infarto de miocardio pueden hacerse sentir en la mandíbula, en el hombro izquierdo o incluso en el abdomen.
Si se tratara de un deportista o una persona joven sin afecciones conocidas puede adoptarse una actitud cautelosa, pero si quien presenta este tipo de manifestaciones es una persona mayor o con antecedentes o factores predisponentes (diabetes, hipertensión arterial, hábito de fumar, etc,) la consulta no debe demorarse. Es preferible que de la consulta médica surja que ese tipo de trastorno es simplemente un episodio de ardor epigástrico, que pasar por alto un infarto.
También debe prestarse atención a aquellos dolores del tórax que aparecen al hacer ciertas actividades y que calman sólo al sentarse o hacer reposo. En este caso podría tratarse del dolor conocido como angina de pecho, que indica una deficiencia parcial de la irrigación del corazón. En este caso es necesaria la consulta con el cardiólogo.

La peor cefalea de la vida
Si una persona está resfriada, no es infrecuente que presente cefaleas, que pueden asociarse con infección o inflamación de los senos paranasales (sinusitis). Pero si no existe ningún resfrío ni estado gripal y aparece un dolor cuyo origen o naturaleza se desconoce, particularmente si la intensidad es muy importante, no se debe omitir la consulta médica para efectuar los exámenes neurológicos necesarios.

Dolor lumbar o entre los omóplatos
Aunque en la gran mayoría de los casos se trata de cuadros de artritis o artrosis reagudizada, o simples contracturas musculares, cuando un dolor se presenta en esta localización y quien lo sufre tiene antecedentes vasculares o alguno de los factores predisponentes que mencionábamos para el dolor torácico, también es necesaria la consulta con los servicios de guardia médica. No olvide llevar consigo la medicación y los estudios cardiológicos que posee.

Dolor abdominal de gran intensidad
Fuera de las transgresiones alimentarias o el dolor que algunas personas muy ansiosas sienten cuando están nerviosas, las manifestaciones dolorosas en la zona del abdomen no deben ser tratadas con negligencia. Entre sus posibles causas están no sólo la tradicional apendicitis, sino también problemas vesiculares o pancreáticos, úlcera gastroduodenal o bloqueos intestinales.

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